domingo, 22 de enero de 2017



CXLVI- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA -146
ATARDECER
La sexta sesión correspondiente al año 1921 continúa con la intervención de Carlos Gardel llevando al disco el estilo “Atardecer”, de Adolfo Herschel (1892-1941). Esta obra consta de tres décimas, de carácter puramente rural y paisajista puesto que se describe en ella el panorama de la campaña a la hora en que cae el sol.
Toda la obra es puramente descriptiva; solo aparece la naturaleza y algunos animales del lugar. Nada hay que deducir ya que no existe argumento alguno… Todo está fijo como en una pintura.
Las décimas de carácter descriptivo eran una forma poética muy común que perduró hasta los últimos años del siglo XIX. Pero su influencia continuó haciéndose notar hasta las primeras décadas del siglo XX.
En este tipo de obra, como se puede apreciar fácilmente, no existe personaje alguno que desarrolle, o haga suponer el desarrollo de cualquier hecho, por simple y elemental que éste sea. Todo se halla impregnado por el mismo estatismo o quietud como suelen mostrar los cuadros pintados hasta el siglo XVIII. La única diferencia que se puede observar es que, en este tipo de versos, aparece, aunque muy de vez en cuando, alguna que otra reflexión personal realizada por quien, supuestamente, se encuentra haciendo el relato del paisaje. Ésto debe ser interpretado como que, aquel que está relatando, es el gaucho:
Ya la noche se venía,
Paso a paso, lentamente,
Silenciosa y elocuente
COMO LA TRISTEZA MÍA.
Algo que suele llamar la atención es la referencia que la obra hace acerca de la PIEDRA FILOSOFAL. Es evidente que el autor de la obra contaba con una formación cultural muy importante para aquella época.
Para entender esta expresión es necesario explicar que la Alquimia nació en Oriente durante la primer centuria de nuestra era y formaba parte por entonces de una rama de la Filosofía natural que investigaba la posibilidad de las transformaciones Fisicoquímicas de la materia con el objeto de obtener, entre otras cosas, la conversión o transmutación de los metales en oro. El método para lograr ese objetivo, se suponía que debía partir de alguna base ignorada a la que se le dio el nombre de PIEDRA FILOSOFAL.
El vocablo PIEDRA significaba “base o punto de apoyo para lograr un fin”. Pero, los siglos pasaban y la famosa PIEDRA FILOSOFAL no aparecía. Aún en el siglo XIII, el monje franciscano Roger Bacon (1220-1292), uno de los filósofos y científicos ingleses más capaces de la época, creía firmemente en la existencia de la PIEDRA FILOSOFAL que permitiría transmutar los metales en oro. Las ideas de Roger Bacon expresadas en su libro Opus Maius, fueron consideradas herejes. Su obra trataba sobre la necesidad de una reforma de las ciencias por medio del estudio de las lenguas y de la naturaleza. A pesar de que fue escrita a petición del papa Clemente IV y de pertenecer a la misma orden, los franciscanos lo encarcelaron por todo lo que había escrito en ella.
Igual creencia compartía el destacado teólogo y filósofo italiano Tomás de Aquino (1224-1274), luego, Santo Tomás de Aquino.
Recién a partir del siglo XVI, esta idea fue desechada ante el avance científico de la Química que vino a demostrar que aquello era imposible. Sin embargo, hasta fines del siglo XIX y comienzos de XX todavía se hablaba de la famosa PIEDRA FILOSOFAL aunque, en general, no se conocía con certeza el significado de lo que se decía.
Ésto, que intranquilizó a gran parte de la humanidad durante siglos, fue utilizado por Adolfo Herschel, en su estilo “Atardecer”, para retratar la calma de un buey descansando:
Y con su calma habitual
Un buey descansaba echao
Como si hubiese encontrao
La PIEDRA FILOSOFAL.
La repetición de dos versos durante el canto (el tercero y el noveno de cada estrofa), hace que estas décimas, desde el punto de vista musical, se conviertan en “duodécimas” ya que cada estrofa pasa a contar con doce versos. Esto significa que la música supera, en cada estrofa, la extensión de un estilo, de ahí la necesidad de repetir algunos versos de la letra. Cuando esto ocurre, si bien al género musical se lo sigue llamando estilo, nos encontramos en realidad con un SOBRESTILO, vocablo rara vez usado debido a que comúnmente no se suele poner atención a la música; en general, lastimosamente, se tiende sólo a escuchar la letra y, lo que es peor aún, sin relacionarla con la música y, en la actualidad, muchas veces, sin pensar en su significado; de ahí la simplicidad y pobreza de muchas de las letras de las canciones populares de la actualidad...
Armando Lofiego
(CONTINUARÁ)
Atardecer (estilo) Intérprete: Carlos Gardel Más información: http://www.gardel.org/Atardecer Letra y Música: Adolfo Herschel Matriz: 559 (1921) Reconstrucci...
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