viernes, 27 de noviembre de 2015

EL TIRADOR PLATEADO

XLIII- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA


EL TIRADOR PLATEADO

La segunda sesión de grabaciones del año 1917 comienza con la intervención de Carlos Gardel interpretando el estilo “El tirador plateado”, obra con la que había iniciado su carrera discográfica en 1912 para el sello Columbia; pero esta vez las mismas décimas son interpretadas en base a una melodía escrita y memorizada de antemano, con lo cual Gardel deja ya de ser un estilista para pasar a ser un cantor de estilos entre otros géneros musicales… ¿Por qué hago esta aclaración?...
Ocurre que inicialmente las décimas se entonaban con melodías inventadas en el momento mismo en que el “artista” cantaba; esto significaba que cada cantor tenía su “estilo” propio para interpretar una obra determinada. No obstante, la melodía que más se difundía, rápidamente era copiada por otros cantores y ese era el “estilo” que se imponía. Por este motivo esta forma de interpretar musicalmente estas décimas fueron conocidas como “estilos”.
Ahora bien, en el Río de La Plata, alrededor del año 1920, se produce un cambio fundamental en las expresiones de la música popular de la región. Los tangueros llaman a ese momento el inicio de la Guardia Nueva; pero ocurre que este cambio también se dio en muchos otros géneros musicales, y el “estilo” fue uno de ellos.
En este género tan poético y casi lírico, a partir de entonces (los musicólogos han tomado como año de referencia 1920) la música de las décimas dejan de ser improvisadas y entran en el campo de la composición. Es decir que los intérpretes dejan de ser estilistas aunque a esta nueva forma se la continúa básicamente llamando “estilo”. Desde entonces, y hasta la fecha, las cosas no han cambiado; pero a los cantantes que incluían estilos en sus repertorios se los continuó llamando estilistas hasta entrada ya la década de 1930.

DE LA CIFRA AL ESTILO

Hasta promediar la década de 1860, las décimas se entonaban alternando el canto con el galope del caballo realizado en la guitarra. En ningún momento ese acompañamiento se escuchaba al mismo tiempo que el canto o melodía. Durante la segunda mitad del siglo XIX los gauchos son perseguidos y marginados tal como iremos viendo en muchas obras de la música popular inclusive aún después de las persecuciones y matanzas. Tal situación sumió al gaucho en una tristeza profunda.
Muchos gauchos, con el único fin de sobrevivir, canjearon su libertad por muchas promesas y un vale con el que adquirían la alimentación del día en un almacén de ramos generales instalado en las inmediaciones del lugar y que, "casualmente" pertenecía a los dueños de la estancia en que trabajaban. No obstante la mayoría de los gauchos, dejaron de hallarle sentido a la vida:
Suena guitarra querida
Que tu acento soberano
Repercute por el llano
Como un ¡Ay! de mi alma herida.
Suena, suena, que es mi vida
Flor marchita y sin esencia;
Busco en la muerte querencia,
Nada en el mundo me halaga,
Porque siento que se apaga
El candil de mi existencia.


SUENA GUITARRA QUERIDA

Vicente Rossi
De esta manera el canto comenzó a surgir con un acompañamiento que ya no transmitía la seguridad y la fuerza que transmitía la cifra. Ahora se cantaba de un forma más bien angustiante o, por lo menos, con cierta congoja. De manera que el “estilo” surge de una deformación musical de la cifra provocada por una deformación de la sociedad en la que el gaucho no hallaba cabida.... La cifra "Yo se hacer" (grabada por Gardel en 1912 y que puede ser confundida fácilmente con un estilo) es un claro ejemplo de la marginación social del gaucho.
Los gauchos payadores continuaron cantando (aunque cada vez con menos frecuencia) con acompañamiento de cifra hasta que en la década de 1880, los payadores urbanos, con el negro Gabino Ezeiza a la cabeza desalojaron la cifra de la payada para reemplazarla por la milonga, acompañamiento que continúan usando los payadores de la actualidad de los cuales conozco a varios siendo el más completo en todo sentido (poético, literario y con amplios conocimientos culturales) José Silvio Curbelo, uruguayo, radicado desde hace muchos años en Gerli, localidad del Gran Buenos Aires (Argentina).
De esta manera, los cantantes y músicos de la época (Alrededor de 1920) le fijaron definitivamente un formato o estructura muy precisa al nuevo estilo.
Esa estructura consiste en cantar con una melodía lenta los 4 primeros versos de cada décima:
Sos el tirador plateado
Que a mi chiripá sujeta;
Sos eje de mi carreta,
Sos tuse de mi tostado.
Luego los cuatro versos que siguen (del 5° al 8°) en tiempo de cielito
(Cielito)
Sos el pañuelo bordado
De un pobre gaucho cantor,
Sos la prenda más mejor
De mi chapeao de paseo
y finalmente, recuperando el tema melódico de los 4 primeros versos, los dos últimos de cada décima:
Sos yapa de mi sobeo
Sos trienza de mi arriador.
Salvo alguna que otra excepción, todos los estilos, a partir de esta nueva etapa, respetan esta estructura musical. Más adelante veremos en que consisten los medio estilos, el estilo gateao y otras formas.
Este tipo de obras musicales (cifras, estilos, milongas) reciben el nombre de canciones estróficas debido a que todas las estrofas se cantan con la misma música. Recién en 1930 Sebastián Piana rompe con la estructura estrófica en la milonga tal como en su momento veremos.
Por ahora les propongo deleitarnos con la interpretación que hace Carlos Gardel del nuevo estilo "El tirador plateado" inaugurando de esta manera, en su carrera discográfica, la etapa del estilo estructurado musicalmente de ante mano. A partir de esta versión, en los registros del gran cantor, los estilos comienzan a ser verdaderas obras de arte al abandonar para siempre esas monótonas melodías con que abordaba este género en las versiones del año 1912.
En esta nueva versión de "El tirador plateado" Carlos Gardel es acompañado por el guitarrista José Ricardo.
(CONTINUARÁ)

jueves, 12 de noviembre de 2015

LA CRIOLLA

XLII- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA


LA CRIOLLA

Después de “La huella”, el Dúo Gardel-Razzano continúa con el registro de un motivo popular anónimo que fuera recopilado y arreglado por ambos cantores, pero que, además, lo han firmado como si ambos hubiesen sido los autores sin que se haya sabido nunca de reclamo alguno. Se trata de la obra titulada “La criolla”, una canción cuya música muy posiblemente haya sido arreglada por el guitarrista José Ricardo y que José Razzano le ha retaceado la posibilidad de figurar como autor de la obra o, por lo menos, como uno de los autores junto con los integrantes del dúo.

Exactamente lo mismo ocurriría varios años más tarde con el tango “Margot” que, después de un prolongado juicio, recién en la década de 1960, se estableció que la música de dicha obra pertenecía a José Ricardo y, en consecuencia los derechos de autor pasaron, a partir de entonces, a pertenecer a los herederos del guitarrista.

No debemos perder nunca de vista el hecho de que, por aquellos años, al no existir aún las leyes de propiedad intelectual debido a la indiferencia y despreocupación que tenían en ese sentido los propios compositores, estas cosas ocurrían con toda naturalidad. Todavía hoy, como resabio de aquella época se continúa anunciando que la música del tango “Mano a mano” pertenece al Dúo Gardel-Razzano cuando en realidad, con sólo escucharlo atentamente, resulta relativamente fácil y simple reconocer en él la modalidad y la personalidad del “Negro” José Ricardo como compositor.

Después de “La criolla”, José Razzano sólo, registra la cifra “Entre colores” finalizando aparentemente la primera sesión de grabaciones del dúo para la empresa de Max Glücxmann. Y debo decir aparentemente porque al no existir documentación alguna acerca de estos registros, me guío por los números de matrices de estos discos que van todos corridos y sin interrupción o salto ordinal.

Primera sesión del año 1917
“Cantar eterno” (Dúo Gardel-Razzano)
“El sol del 25” (Dúo Gardel-Razzano)
“Brisas” (Dúo Gardel-Razzano)
“La huella” (Dúo Gardel-Razzano)
“La criolla” (Dúo Gardel-Razzano)
“Entre colores” (José Razzano sólo)
(CONTINUARÁ)

lunes, 9 de noviembre de 2015

LA HUELLA (análisis de la canción y su origen)

XLI- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA


LA HUELLA


Es una danza folclórica argentina que surgió alrededor de 1820; pertenece al grupo de expresiones de la llamada música sureña o, más propiamente dicho, música surera. Esta danza, que fue bailada inicialmente en Argentina, se extendió, casi en forma inmediata, a Uruguay para llegar más tarde a Bolivia y Chile. Se destaca por su carácter picaresco, por sus giros, por sus zapateos, por el señorial y leve contacto de las manos...

Probablemente el origen de la “huella” sea europeo. Se baila en pareja suelta y fue una danza pintoresca que tuvo gran difusión entre los gauchos. Se trata de una danza que presenta episodios de galantería mesurada. Al no enlazarse los bailarines, y como la pareja no evoluciona en armonía con las otras parejas, es una danza independiente, a excepción de la que se baila en cuarteto que es cuando asume un carácter interdependiente; los movimientos son suaves, incluidos los del zapateo.
Actualmente se la considera una danza extinta y, por lo tanto pertenece al folclore histórico. Por esto, hoy por hoy, solo se baila en espectáculos de carácter tradicionalistas y folclóricos.
Si bien hay numerosos documentos sobre la “huella”, la cantidad de testimonios que brindan no alcanzan a destacar la verdadera importancia que esta danza tuvo durante la mayor parte del siglo XIX.

Ventura Lynch (1851-1883), un gran estudioso de las expresiones musicales del gaucho, escribió hacia 1881, que la “huella” fue un género que enriqueció el repertorio del gaucho federal al comienzo de su etapa. Sin embargo, el extenso repertorio de bailes criollos que ofrecieron los circos porteños de 1837 y 1840 no incluyeron la “huella”; pero en cambio los textos recogidos luego con insistentes referencias a las guerras civiles nos refieren que esa danza fue popularísima entre el gauchaje a partir de la década de 1820.

Muchas de sus letras recuerdan sucesos de la Independencia, de la muerte del Tigre de los Llanos, del gobierno de Rosas, motivos sentimentales, etc.
La huella es también conocida como “la güeya” y “la hueya”.

La popularidad de este género musical venía declinando notablemente en la última década del siglo XIX, pero al comenzar el siglo XX los espectáculos circenses la incorporaron en medio de presentaciones teatrales de obras de carácter gauchesco revitalizando de esta forma, y durante algún tiempo más, su permanencia y difusión. La grabación que llevó a cabo el Dúo Gardel-Razzano pertenece a la última parte de ese período.

Entre quienes colaboraron prolongando la vigencia de la “huella”, se encontraba el músico, compositor, director y actor uruguayo Antonio Podestá (1868-1945), uno de los miembros de la insigne familia fundadora del teatro criollo de la que se destacaron notablemente sus hermanos José, Jerónimo y Pablo.

Antonio Podestá inició sus actividades en 1874, en un circo infantil que crearon sus hermanos mayores en Montevideo cuando contaba con seis años de edad.
En 1879 era equilibrista y con el circo “Podestá” realizó giras por el interior del Uruguay. Hacia 1880 el circo llegó a Buenos Aires debutando en el, por entonces muy famoso, “Jardín Florida” bajo el rótulo “Rosso-Podestá”. Luego emprende una extensa gira por todo el interior argentino con el circo “Raffeto”.

Después de realizar varias giras con distintos circos y algunas presentaciones teatrales, en 1889, Antonio Podestá, ingresa al circo “Barnum” con el que viaja a los Estados Unidos. De allí pasa luego a España contratado por el circo “Alegría”, recorre Francia, Italia, Alemania, Suiza, Hungría y otros países retornando en 1893.

Esta gran gira, que duró cuatro años la hizo junto con su primer esposa, la acróbata “Rosita del Plata” cuyo nombre real era Rosalía Robba.

Luego Antonio Podestá se incorpora a la Compañía de sus hermanos, que se habían volcado al género teatral y, cuando su hermano Jerónimo se separa, Antonio Podestá integra la Compañía de su otro hermano, José, quien alquiló el teatro “Apolo”. Allí, Antonio se desempeñaba como actor y compositor. Su repertorio musical lo inició con la pieza “Fausto criollo” en el año 1894 llegando a musicalizar alrededor de cien obras teatrales siendo la mayoría, de gran trascendencia, entre ellas:
-“La piedra del escándalo”
-“El payador”
-“Moreira en Ópera”
-“A Palermo”
-“Abajo la careta”
-“La polca de espiante”
y muchas mas

Todas las obras teatrales fueron escritas por importantes dramaturgos de ese tiempo. De todas sus composiciones musicales la que más perduró fue el famoso “Pericón por María”.
Antonio D. Podestá intervino en la filmación de varias películas de la época “muda” del cine y, al poco tiempo de haberse iniciado el cine sonoro, participó en las películas “Ídolos de la radio” y “Juan Moreira”.

Junto con su segunda esposa, la actriz Lea Conti, realizó una larga y exitosa gira por casi todo el continente americano. Finalizada esa gira, lentamente se fue alejando del mundo del espectáculo falleciendo en la ciudad de Buenos Aires.
Entre la incontable cantidad de obras musicales de carácter criollo que compuso y que recopiló, se encuentra también “La huella” que, Carlos Gardel, haciendo algunos retoques en la letra, la llevó al disco cantándola a dúo con José Razzano.

viernes, 6 de noviembre de 2015

BRISAS (análisis de la canción y su origen)

He nacido al Occidente
Del ancho río del Plata
Donde la pampa dilata
Su extensión hacia el Poniente.
Del otro lado, al Oriente,
Se encuentra el pueblo natal
De un cantor excepcional,
De los que pocos se ven.
Ha nacido en Valle Edén
Y lo llaman el Zorzal.

Armando Lofiego
Con esta décima (que sigue a otra) he saludado no hace mucho a un uruguayo que cumplía años. Y me pareció oportuno publicarla en este medio como respuesta a aquellos amigos gardelianos que suponen que soy un uruguayo camuflado de argentino. Este tipo de “confusiones”, orgullosamente, las sobrellevo desde muy joven, en especial en la misma tierra oriental porque, para los uruguayos, no parezco un porteño, según dicen, por lo tranquilo y moderado en el trato.
La última vez que visité el “Chalé de Gardel” en Montevideo, conversé largo rato con un señor que en esos momentos se hallaba a cargo de la institución y de vez en cuando interrumpía sus comentarios para decirme “¡que argentino raro es usted!”.

En realidad yo creo que se refería a que era un porteño raro a juzgar por lo que casi siempre oí decir a mis alumnos (a través de medio siglo) ejerciendo la docencia (nivel secundario); todos me creían oriundo de algún pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires.
De manera que quienes me tratan de uruguayo camuflado de argentino por entender que Gardel es Oriental, no me dicen nada nuevo aunque, tal vez, las intenciones con que me lo dicen nada tengan que ver con la complacencia que me producen.

Espero que quienes me siguen no se molesten por estos comentarios personales que hago de igual modo que yo no me molesto por lo que me dicen; cada uno tiene derecho a pensar y opinar como mejor le cuadre.
Para el próximo verano (si Dios quiere) mi esposa, mi hijo mayor, mi nuera y Alexis (mi nietito más pequeño, 10 años), me llevarán a pasear por tierra uruguaya después de mucho tiempo sin poder visitarla… Y volveré a respirar el aire donde aquel genio ha nacido.
Con el debido PERDÓN por estas personales digresiones que necesitaba hacer, ya mismo paso a contar el capítulo 40 de las consideraciones relacionadas con la trayectoria y el arte del gran cantor…



XL- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA

BRISAS

La tercera grabación del Dúo Gardel-Razzano corresponde a la canción “Brisas”, que Carlos Gardel ya había grabado en el año 1912 con el título “Brisas de la tarde”; pero ahora, en esta nueva versión, el dúo registra la obra con un arreglo musical mucho más elaborado. Ahora el dúo no repite ninguna estrofa como había ocurrido en la grabación realizada por el gran cantor sólo.
El poema tiene seis cuartetas rimadas alternativamente, es decir, los versos pares entre sí, del mismo modo que los impares. En la primer versión, la de 1912, Gardel se equivoca al iniciar la obra diciendo:
Llévate en vuestras alas
¡Oh brisa pasajera!
Cuando en realidad debió decir:
Llévate en vuestras alas
¡Oh brisa de la tarde!
tal como ocurre en esta versión realizada por el dúo, pues el primer verso pide rimar con el término alarde del tercer verso. Este error probablemente se haya debido a que Carlos Gardel se confundió con la última cuarteta del poema en la que el primer verso finaliza diciendo:
¡Oh brisa pasajera!
que, por otra parte, es la rima que en esa estrofa está pidiendo rimar con la palabra "siquiera", que casualmente corresponde también al tercer verso.
Por lo demás, la versión realizada por el dúo, si bien conserva el ritmo propio de la habanera (uno de los antecedentes del tango), no se lo percibe con la misma sencillez y claridad con que se lo percibe en la grabación que Gardel realizara para el sello “Columbia”; ello es debido al gran vuelo melódico que a esta nueva grabación le han otorgado ambos cantores.
Recordemos que la letra pertenece a José Mármol (1817-1871), un porteño que se destacó como poeta, narrador y político volcado al romanticismo.
Estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires, pero por haberse dedicado totalmente a la política no alcanzó a terminar sus estudios. En 1839 fue detenido durante una semana por el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Temeroso de su seguridad se embarcó como secretario del Ministro Plenipotenciario, general Tomás Guido, ante el, por entonces, Imperio del Brasil.
Ocupando el mencionado cargo, envió documentación confidencial al ministro inglés en Río de Janeiro lo que produjo la separación del cargo de secretario. Ante esa circunstancia se radicó en Montevideo donde se encontró con muchos exiliados que eran perseguidos por el gobierno de Rosas. Refiriéndose a la semana en la que permaneció detenido en la comandancia policial, publicó un poema dedicado a Rosas que incluía la trágica y muy difundida frase que, según él, habría escrito con carbón en las paredes de su celda…
“Como hombre te perdono mi cárcel y cadenas...”
Hoy ya se sabe que nunca fue encadenado ni llegó a estar encarcelado cómo durante muchos años se dijo.
Publicó dos dramas de inspiración política y escribió una multitud de poemas y novelas contra Rosas. A partir de 1844 inició la publicación en folletos de la novela Amalia, que no alcanzó a terminar.
En 1845 volvió a Río de Janeiro, pero no logró ser nuevamente aceptado como secretario del general Tomás Guido, motivo por el cual decidió viajar a Colombia, donde se radicó por algún tiempo en Medellín, donde contrajo una enfermedad venérea.
Nuevamente en Montevideo publicó varios periódicos, siendo “La Semana” el más importante por su difusión y popularidad.
Durante todos esos años, José Mármol, se destacó por el ímpetu con que atacaba personalmente a Juan Manuel de Rosas y a su gobierno.
Publicó muchos libros de poemas de carácter lírico, algunos de los cuales fueron muy leídos; entre ellos el volumen titulado “Armonías”, editado en 1851. De esa publicación, Carlos Gardel extrajo los alejandrinos “Brisas de la tarde” y le puso música.
Los versos alejandrinos fueron creación del clérigo Gonzalo de Berzeo (1180-1247), siendo los poemas de este religioso las primeras y más antiguas obras no anónimas, que se conocen, de la lengua española. En efecto, el mencionado poeta relató con versos de catorce sílabas, las hazañas de Alejandro Magno y, por tal motivo, a los versos conformados con esta métrica se los conoce con el nombre de alejandrinos.
Cuando Gardel halló los alejandrinos “Brisas de la tarde” los musicalizó en tiempo de habanera; no obstante es importante aclarar que muy posiblemente esta melodía haya sido una de las innumerables habaneras anónimas que se ejecutaban en el Río de La Plata durante las últimas décadas del siglo XIX, cuando era cosa común y corriente que se escucharan habaneras por todas partes, especialmente entre las clases populares.
Esta antigua melodía, también sería usada en la década de 1920 por los hermanos Francisco y Juan Canaro, para “componer” nada menos que el tango “La brisa”, con letra de Juan Andrés Caruso y que Carlos Gardel también llevaría al disco en 1922.
Es fácil advertir el vuelo casi lírico que el dúo le ha impreso ha esta nueva versión de la habanera “Brisas de la tarde” ahora titulada simplemente “Brisas”.

martes, 3 de noviembre de 2015

EL SOL DEL 25 (análisis de la canción y su origen)

XXXIX- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA

EL SOL DEL 25

Resulta muy interesante conocer la forma en que nació “El sol del 25” debido a que surgió a partir de unos versos escritos por un joven de de 18 años recordando cuando a los 6 años de edad, el 25 de mayo de 1884, presenció un acto patrio en la actual Plaza Lavalle de la ciudad de Buenos Aires.
Ese pequeño era Domingo Vicente Lombardi (1878-1961) quien pasó la mayor parte de su vida en la localidad de Quilmes (Provincia de Buenos Aires), y que a lo largo de su vida fuera un importante estudioso, investigador y recopilador de la música y las tradiciones argentinas.
Los versos escritos en 1896, inspirados en aquel acto al que asistió en su infancia, los publicó ese mismo año bajo el título “La media caña” en diferentes periódicos y en la revista criolla más difundida de entonces, “El Fogón”, de Montevideo.
Dos años más tarde, en 1898, junto a Martiniano Leguizamón (1858-1935), funda la Sociedad Tradicionalista “La Criolla”, luego la “Sociedad Deportiva Criolla” y finalmente la “Sociedad Argentina de Arte Nativo”.
En 1910, con motivo de cumplirse el primer centenario de la Revolución de Mayo, Domingo Vicente Lombardi escribió la letra del gato “El sol del 25”, cuya música había sido recopilada por don Santiago Rocca (1881-1966).
La letra de este gato Lombardi la formó con diversos fragmentos de su poema “La media caña”.

LA MEDIA CAÑA
(25 de mayo de 1884)

Ya el sol del 25 viene asomando
Y a las aguas del Plata las va dorando.
¡Oído! Ya lo anuncia la voz del cañón,
Y al tope flamea nuestro pabellón
Y las campanas
Mezclan sus alborotos
Al de las dianas.

¡Viva la patria!, Se oye el clamoreo
Y le dentra a la sangre un hormigueo.
¡Vamos a la plaza!, vamos al cuartel.
Toditos los criollos a escuchar en él
Que es en estos días
El himno e la patria
Las alegrías!

En la Plaza del Parque el batallón
Como tabla descansa en formación.
¡Atención! El jefe levanta su espada:
!Presenten las armas, orden de parada!
Y el sol de mayo
Quiebra en las bayonetas
Su primer rayo.

El himno de la Patria, quien no se siente
Al escuchar sus notas, grande y valiente.
Al jefe, a la tropa, al pueblo, al gauchaje
Hace el entusiasmo temblar de coraje,
Y hasta parece
Que la estatua de Lavalle
Se estremeciese.

Por tu honor y tus glorias patria querida
Te brindaron los criollos siempre la vida.
A traerte laureles cruzaron los Andes
San Martín, Las Heras, Soler
y otros grandes.
Y a tu bandera
Contempló victoriosa
La cordillera.
Del blanco y el celeste de tus colores
A Ecuador llegaron sus resplandores
Al mundo anunciando que de la opresión
Salía una nueva y gloriosa nación.
Y ya paisanos fueron libres
los pueblos americanos.

              Domingo Vicente Lombardi

Cuando el Dúo Gardel-Razzano incluye en su repertorio “El sol del 25”, Lombardi se relaciona con los cantores con el objeto de reclamarles la autoría de la letra ya que el dúo la hacía figurar como propia. A partir del reclamo de su autor, “El sol del 25” se edita reconociendo la autoría de Lombardi, pero apareciendo el dúo como autor de la música, situación que aún persiste debido a que Santiago Rocca nunca quiso reclamarle nada a Gardel. Al respecto Orlando del Greco, en su monumental obra “Carlos Gardel y los autores de sus canciones” publica estas palabras de Santiago Rocca tomadas de una nota periodística de 1957 sin mencionar la fuente:
“El Sol del 25, con letra de Domingo Lombardi, fue mi primera composición musical, cuya fecha no puedo precisar... Como en esos tiempos las producciones en su mayoría se propalaba orejana por no haber sociedad de autores, quedó inscripta en los discos como de Gardel y Razzano. Como Carlos murió tal vez ignorando fuera yo el autor de la música y fui en vida su amigo y admirador, nunca quise reclamar nada en homenaje de su querida memoria; él la popularizó así y que así quede para siempre”.

En 1913, Lombardi publicó el libro de versos “Alma criolla”. Recopiló muchas danzas tradicionales argentinas. Dio a conocer obras como “Lamentos de cacuy”, “Sentimiento criollo” y “A la virgen de Pompeya”.
Lombardi fue uno de los pioneros de la radiofonía argentina, actuando en ese medio desde las primeras transmisiones que se hicieron, hasta alrededor de 1930.
Muchas de sus obras las firmó con el seudónimo “El Gaucho Ledesma”.
Su poesía “Triste entrerriano” fue grabada por Carlos Gardel, con música de José Ricardo, en 1923.
La alusión a “LA ESTATUA ‘E LAVALLE” que aparece en la versión de “El sol del 25” a cargo del Dúo Gardel-Razzano, corresponde al original de Domingo Lombardi que, inspirado en el acto patrio al que asistió en 1884, no hizo más que describir lo que veía y, en la Plaza del Parque, hoy Plaza Lavalle, se hallaba la estatua de dicho personaje histórico. Años más tarde, cuando los historiadores revisionistas mostraron realmente quien había sido Lavalle, inmediatamente Gardel y otros intérpretes, por cuenta propia, reemplazaron a Lavalle por Belgrano.
Por la época en que Atilio Lombardo escribió esta letra, más del 80 % de la población en Argentina era analfabeta directa o funcionalmente, siendo además en su mayoría conformada por europeos o descendientes directos de europeos; de manera que no había en el pueblo una idea, ni medianamente clara, acerca de las acciones e intenciones de los hombres que habían intervenido en los hechos políticos y sociales de la República Argentina.
Sobre el final de la obra, Gardel menciona a los generales San Martín, Las Heras y Paz; este último en lugar de Soler como figura en el poema original.
El general JOSÉ DE SAN MARTÍN (1778-1850) fue el estratega que dirigió el cruce de la cordillera de los Andes para liberar a Chile y luego embarcarse por el Pacífico hacia el Perú para derrotar el bastión que el imperio español tenía en Lima.
El general JUAN GREGORIO LAS HERAS (1780-1866) intervino en el movimiento que desembocó en la Revolución de Mayo y luego condujo una de las columnas del Ejército de Los Andes durante el cruce de la cordillera.
Reprimió la resistencia española en Santiago de Chile. Participó de la batalla de Maipú (1818) y en 1820 se destacó en la campaña del Perú. De regreso a Argentina (1822) ocupó la gobernación de la Provincia de Buenos Aires (1824-1826) y desde enero de 1825 a febrero de 1826 estuvo, en forma interina, a cargo de la presidencia de las Provincias Unidas del Río de La Plata (hoy República Argentina).
El general JOSÉ MARÍA PAZ (4791-1854) en 1810 participó en la Revolución de Mayo. Fue guerrero de la independencia y tomó parte durante las campañas del Alto Perú (1812-1815).
Como gobernador de Córdoba y jefe de los unitarios intervino en las luchas civiles argentinas.
En 1843 defendió Montevideo luchando contra el general Manuel Oribe (1792-1857).
(CONTINUARÁ)