domingo, 4 de diciembre de 2016

DAR BOLA O DAR PELOTA

Tengo la impresión de que ya en alguna oportunidad me he ocupado de aclarar esta expresión tan popular en el Río de la Plata.
No se trata, como muchos suelen suponer de una manifestación grosera relacionada con la sexualidad del hombre. Es una expresión muy antigua (probablemente de la segunda mitad del siglo XVIII) que era muy usada por el ejército francés.
La bola o pelota era una esfera de grasa que podía llegar a tener el tamaño de un puño. Esa bola, en los ejércitos de la época, era pasada a los correajes de la caballería y de los carruajes para mantenerlos relucientes y evitar que se resecaran y cuartearan.
Cuando las fuerzas napoleónicas invaden España, los ejércitos de la caballería española toman esa expresión y la transforman en una expresión popular que se propaga por el bajo pueblo.
Quienes conocen el ámbito militar sabrán que cuando algún milico de alta graduación visita las instalaciones de un regimiento, todo se debe ver prolijo y en perfecto estado. Para esos momentos, en la España de aquella época, surge la expresión “dar bola” (o “dar pelota”) como la orden de lustrar todos los arneses de cuero.
Si por alguna circunstancia imprevista el milico de alto rango no podía concurrir, venía la contraorden: “no dar más bola” hasta nuevo aviso.
Esa expresión pasó al común de la gente con el significado de darle o nó importancia a alguien o algo.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX se comenzó a generalizar una actividad callejera consistente en pasar esa bola de grasa o pomada en las botas y/o zapatos de los hombres. Por lo general, al principio, mayormente eran pibes los que ejercían esa actividad y lo hicieron durante años. En muchos países son perseguidos por la policía debido a que en algunos lugares está prohibido ejercer esa actividad. Todavía hoy en el interior de Argentina (y supongo que en toda Latinoamérica) es común ver gurises, changos, botijas, chamacos y muchachones con el cajón y los implementos necesarios para lustrar los zapatos. En el Río de la Plata son conocidos como “lustrabotas”, pero en otros países, como México, por ejemplo, conservaron el nombre derivado de la bola de grasa o pomada con que lustraban los zapatos y se los conoce como “boleros”… Hay una película de aquel país llamada precisamente “El bolero de Raquel” (filmada en 1956), primera película en colores de Mario Moreno “Cantinflas” (1911-1993) en la que el mencionado actor ejerce esa actividad.
Armando Lofiego

El inolvidable cómico mejicano, Mario Moreno "Cantinflas" en una divertida escena del film "El Bolero de Raquel" dirigida en 1956 por Miguel Delgado. Para…
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