lunes, 9 de noviembre de 2015

LA HUELLA (análisis de la canción y su origen)

XLI- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA


LA HUELLA


Es una danza folclórica argentina que surgió alrededor de 1820; pertenece al grupo de expresiones de la llamada música sureña o, más propiamente dicho, música surera. Esta danza, que fue bailada inicialmente en Argentina, se extendió, casi en forma inmediata, a Uruguay para llegar más tarde a Bolivia y Chile. Se destaca por su carácter picaresco, por sus giros, por sus zapateos, por el señorial y leve contacto de las manos...

Probablemente el origen de la “huella” sea europeo. Se baila en pareja suelta y fue una danza pintoresca que tuvo gran difusión entre los gauchos. Se trata de una danza que presenta episodios de galantería mesurada. Al no enlazarse los bailarines, y como la pareja no evoluciona en armonía con las otras parejas, es una danza independiente, a excepción de la que se baila en cuarteto que es cuando asume un carácter interdependiente; los movimientos son suaves, incluidos los del zapateo.
Actualmente se la considera una danza extinta y, por lo tanto pertenece al folclore histórico. Por esto, hoy por hoy, solo se baila en espectáculos de carácter tradicionalistas y folclóricos.
Si bien hay numerosos documentos sobre la “huella”, la cantidad de testimonios que brindan no alcanzan a destacar la verdadera importancia que esta danza tuvo durante la mayor parte del siglo XIX.

Ventura Lynch (1851-1883), un gran estudioso de las expresiones musicales del gaucho, escribió hacia 1881, que la “huella” fue un género que enriqueció el repertorio del gaucho federal al comienzo de su etapa. Sin embargo, el extenso repertorio de bailes criollos que ofrecieron los circos porteños de 1837 y 1840 no incluyeron la “huella”; pero en cambio los textos recogidos luego con insistentes referencias a las guerras civiles nos refieren que esa danza fue popularísima entre el gauchaje a partir de la década de 1820.

Muchas de sus letras recuerdan sucesos de la Independencia, de la muerte del Tigre de los Llanos, del gobierno de Rosas, motivos sentimentales, etc.
La huella es también conocida como “la güeya” y “la hueya”.

La popularidad de este género musical venía declinando notablemente en la última década del siglo XIX, pero al comenzar el siglo XX los espectáculos circenses la incorporaron en medio de presentaciones teatrales de obras de carácter gauchesco revitalizando de esta forma, y durante algún tiempo más, su permanencia y difusión. La grabación que llevó a cabo el Dúo Gardel-Razzano pertenece a la última parte de ese período.

Entre quienes colaboraron prolongando la vigencia de la “huella”, se encontraba el músico, compositor, director y actor uruguayo Antonio Podestá (1868-1945), uno de los miembros de la insigne familia fundadora del teatro criollo de la que se destacaron notablemente sus hermanos José, Jerónimo y Pablo.

Antonio Podestá inició sus actividades en 1874, en un circo infantil que crearon sus hermanos mayores en Montevideo cuando contaba con seis años de edad.
En 1879 era equilibrista y con el circo “Podestá” realizó giras por el interior del Uruguay. Hacia 1880 el circo llegó a Buenos Aires debutando en el, por entonces muy famoso, “Jardín Florida” bajo el rótulo “Rosso-Podestá”. Luego emprende una extensa gira por todo el interior argentino con el circo “Raffeto”.

Después de realizar varias giras con distintos circos y algunas presentaciones teatrales, en 1889, Antonio Podestá, ingresa al circo “Barnum” con el que viaja a los Estados Unidos. De allí pasa luego a España contratado por el circo “Alegría”, recorre Francia, Italia, Alemania, Suiza, Hungría y otros países retornando en 1893.

Esta gran gira, que duró cuatro años la hizo junto con su primer esposa, la acróbata “Rosita del Plata” cuyo nombre real era Rosalía Robba.

Luego Antonio Podestá se incorpora a la Compañía de sus hermanos, que se habían volcado al género teatral y, cuando su hermano Jerónimo se separa, Antonio Podestá integra la Compañía de su otro hermano, José, quien alquiló el teatro “Apolo”. Allí, Antonio se desempeñaba como actor y compositor. Su repertorio musical lo inició con la pieza “Fausto criollo” en el año 1894 llegando a musicalizar alrededor de cien obras teatrales siendo la mayoría, de gran trascendencia, entre ellas:
-“La piedra del escándalo”
-“El payador”
-“Moreira en Ópera”
-“A Palermo”
-“Abajo la careta”
-“La polca de espiante”
y muchas mas

Todas las obras teatrales fueron escritas por importantes dramaturgos de ese tiempo. De todas sus composiciones musicales la que más perduró fue el famoso “Pericón por María”.
Antonio D. Podestá intervino en la filmación de varias películas de la época “muda” del cine y, al poco tiempo de haberse iniciado el cine sonoro, participó en las películas “Ídolos de la radio” y “Juan Moreira”.

Junto con su segunda esposa, la actriz Lea Conti, realizó una larga y exitosa gira por casi todo el continente americano. Finalizada esa gira, lentamente se fue alejando del mundo del espectáculo falleciendo en la ciudad de Buenos Aires.
Entre la incontable cantidad de obras musicales de carácter criollo que compuso y que recopiló, se encuentra también “La huella” que, Carlos Gardel, haciendo algunos retoques en la letra, la llevó al disco cantándola a dúo con José Razzano.

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