viernes, 6 de noviembre de 2015

BRISAS (análisis de la canción y su origen)

He nacido al Occidente
Del ancho río del Plata
Donde la pampa dilata
Su extensión hacia el Poniente.
Del otro lado, al Oriente,
Se encuentra el pueblo natal
De un cantor excepcional,
De los que pocos se ven.
Ha nacido en Valle Edén
Y lo llaman el Zorzal.

Armando Lofiego
Con esta décima (que sigue a otra) he saludado no hace mucho a un uruguayo que cumplía años. Y me pareció oportuno publicarla en este medio como respuesta a aquellos amigos gardelianos que suponen que soy un uruguayo camuflado de argentino. Este tipo de “confusiones”, orgullosamente, las sobrellevo desde muy joven, en especial en la misma tierra oriental porque, para los uruguayos, no parezco un porteño, según dicen, por lo tranquilo y moderado en el trato.
La última vez que visité el “Chalé de Gardel” en Montevideo, conversé largo rato con un señor que en esos momentos se hallaba a cargo de la institución y de vez en cuando interrumpía sus comentarios para decirme “¡que argentino raro es usted!”.

En realidad yo creo que se refería a que era un porteño raro a juzgar por lo que casi siempre oí decir a mis alumnos (a través de medio siglo) ejerciendo la docencia (nivel secundario); todos me creían oriundo de algún pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires.
De manera que quienes me tratan de uruguayo camuflado de argentino por entender que Gardel es Oriental, no me dicen nada nuevo aunque, tal vez, las intenciones con que me lo dicen nada tengan que ver con la complacencia que me producen.

Espero que quienes me siguen no se molesten por estos comentarios personales que hago de igual modo que yo no me molesto por lo que me dicen; cada uno tiene derecho a pensar y opinar como mejor le cuadre.
Para el próximo verano (si Dios quiere) mi esposa, mi hijo mayor, mi nuera y Alexis (mi nietito más pequeño, 10 años), me llevarán a pasear por tierra uruguaya después de mucho tiempo sin poder visitarla… Y volveré a respirar el aire donde aquel genio ha nacido.
Con el debido PERDÓN por estas personales digresiones que necesitaba hacer, ya mismo paso a contar el capítulo 40 de las consideraciones relacionadas con la trayectoria y el arte del gran cantor…



XL- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA

BRISAS

La tercera grabación del Dúo Gardel-Razzano corresponde a la canción “Brisas”, que Carlos Gardel ya había grabado en el año 1912 con el título “Brisas de la tarde”; pero ahora, en esta nueva versión, el dúo registra la obra con un arreglo musical mucho más elaborado. Ahora el dúo no repite ninguna estrofa como había ocurrido en la grabación realizada por el gran cantor sólo.
El poema tiene seis cuartetas rimadas alternativamente, es decir, los versos pares entre sí, del mismo modo que los impares. En la primer versión, la de 1912, Gardel se equivoca al iniciar la obra diciendo:
Llévate en vuestras alas
¡Oh brisa pasajera!
Cuando en realidad debió decir:
Llévate en vuestras alas
¡Oh brisa de la tarde!
tal como ocurre en esta versión realizada por el dúo, pues el primer verso pide rimar con el término alarde del tercer verso. Este error probablemente se haya debido a que Carlos Gardel se confundió con la última cuarteta del poema en la que el primer verso finaliza diciendo:
¡Oh brisa pasajera!
que, por otra parte, es la rima que en esa estrofa está pidiendo rimar con la palabra "siquiera", que casualmente corresponde también al tercer verso.
Por lo demás, la versión realizada por el dúo, si bien conserva el ritmo propio de la habanera (uno de los antecedentes del tango), no se lo percibe con la misma sencillez y claridad con que se lo percibe en la grabación que Gardel realizara para el sello “Columbia”; ello es debido al gran vuelo melódico que a esta nueva grabación le han otorgado ambos cantores.
Recordemos que la letra pertenece a José Mármol (1817-1871), un porteño que se destacó como poeta, narrador y político volcado al romanticismo.
Estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires, pero por haberse dedicado totalmente a la política no alcanzó a terminar sus estudios. En 1839 fue detenido durante una semana por el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Temeroso de su seguridad se embarcó como secretario del Ministro Plenipotenciario, general Tomás Guido, ante el, por entonces, Imperio del Brasil.
Ocupando el mencionado cargo, envió documentación confidencial al ministro inglés en Río de Janeiro lo que produjo la separación del cargo de secretario. Ante esa circunstancia se radicó en Montevideo donde se encontró con muchos exiliados que eran perseguidos por el gobierno de Rosas. Refiriéndose a la semana en la que permaneció detenido en la comandancia policial, publicó un poema dedicado a Rosas que incluía la trágica y muy difundida frase que, según él, habría escrito con carbón en las paredes de su celda…
“Como hombre te perdono mi cárcel y cadenas...”
Hoy ya se sabe que nunca fue encadenado ni llegó a estar encarcelado cómo durante muchos años se dijo.
Publicó dos dramas de inspiración política y escribió una multitud de poemas y novelas contra Rosas. A partir de 1844 inició la publicación en folletos de la novela Amalia, que no alcanzó a terminar.
En 1845 volvió a Río de Janeiro, pero no logró ser nuevamente aceptado como secretario del general Tomás Guido, motivo por el cual decidió viajar a Colombia, donde se radicó por algún tiempo en Medellín, donde contrajo una enfermedad venérea.
Nuevamente en Montevideo publicó varios periódicos, siendo “La Semana” el más importante por su difusión y popularidad.
Durante todos esos años, José Mármol, se destacó por el ímpetu con que atacaba personalmente a Juan Manuel de Rosas y a su gobierno.
Publicó muchos libros de poemas de carácter lírico, algunos de los cuales fueron muy leídos; entre ellos el volumen titulado “Armonías”, editado en 1851. De esa publicación, Carlos Gardel extrajo los alejandrinos “Brisas de la tarde” y le puso música.
Los versos alejandrinos fueron creación del clérigo Gonzalo de Berzeo (1180-1247), siendo los poemas de este religioso las primeras y más antiguas obras no anónimas, que se conocen, de la lengua española. En efecto, el mencionado poeta relató con versos de catorce sílabas, las hazañas de Alejandro Magno y, por tal motivo, a los versos conformados con esta métrica se los conoce con el nombre de alejandrinos.
Cuando Gardel halló los alejandrinos “Brisas de la tarde” los musicalizó en tiempo de habanera; no obstante es importante aclarar que muy posiblemente esta melodía haya sido una de las innumerables habaneras anónimas que se ejecutaban en el Río de La Plata durante las últimas décadas del siglo XIX, cuando era cosa común y corriente que se escucharan habaneras por todas partes, especialmente entre las clases populares.
Esta antigua melodía, también sería usada en la década de 1920 por los hermanos Francisco y Juan Canaro, para “componer” nada menos que el tango “La brisa”, con letra de Juan Andrés Caruso y que Carlos Gardel también llevaría al disco en 1922.
Es fácil advertir el vuelo casi lírico que el dúo le ha impreso ha esta nueva versión de la habanera “Brisas de la tarde” ahora titulada simplemente “Brisas”.

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