lunes, 22 de junio de 2015

El tirador plateado

 VOCABULARIO – El tirador plateado


CHAPEAO: Los domingos o días festivos, al salir de paseo, el gaucho usaba monturas y correajes con lujosos adornos de chapas de plata repujadas que eran verdaderas obras de arte. A ese grupo de ornamentos se lo llamó chapeado o chapeao.
En el Norte urugu
En Entre Ríos, al chapeao se lo llama “herraje” y, para referirse a las monturas y correajes lujosos se habla de “herrajes de paseo”.
Cuando el gaucho le dice a la china:
ayo (Tacuarembó, Rivera y Departamentos vecinos), debido a la existencia de minas de oro, el chapeao contenía también finísimas combinaciones de oro y plata.
Sos la prienda mas mejor
De mi chapeao de paseo
Le está diciendo que ella es
“lo mejor que él tiene en su vida para lucir”.
YAPA y SOBEO: El lazo, que se construye con dos tiras de cuero o tientos retorcidos entre sí, tanto en la mesopotamia argentina, como en el Uruguay y el Sur de Brasil, recibe el nombre de sobeo.
El extremo del lazo, que sujeta a la argolla, se llama yapa y de su buena construcción depende la eficacia del lazo (FIGURA 1).
La yapa debe permitirle a la argolla cierta libertad de movimiento y al mismo tiempo ser ajustada y segura para que no tome juego y dañe al lazo cuando hace fuerza. A la expresión:
Sos yapa de mi sobeo
para darle una forma idiomática más sencilla, común y corriente habría que desarrollarla diciendo:
“sos el extremo que sujeta la argolla de mi lazo de cuero retorcido”
con lo cual, además de ser una expresión demasiado extensa, se pierde el sentido literario y el encanto poético, porque con el tropos del octosílabo mencionado el gaucho le quiere decir a su china:
“sos lo mas importante para mi vida”.
En la Provincia de Buenos Aires, el sobeo es llamado “lazo pampa”, mientras que en Cuyo se llama “chileno” y en Méjico, “reata”.
El término yapa, a través del tiempo, se confundió con la expresión “ñapa” con que se designaba al obsequio que daban los pulperos a los chicos y a las chinitas después de una compra. Esta confusión dio lugar a la aparición de la frase “¡y de yapa!” que aún hoy se usa con el significado de “¡y además!”. Finalmente, entre los indígenas del Norte argentino, el vocablo ¡yapa! equivale a nuestra expresión ¡vamos!.
ARRIADOR o arreador): Es una especie de rebenque largo para estimular a los animales. Su chasquido en el aire es una amenaza que el ganado rápidamente aprende a obedecer (FIGURA 2).
El arreador, que el gaucho puede emplear también para su defensa personal como arma contundente, se fabrica con tientos finos trenzados. La expresión:
Sos trenza de mi arriador
tiene un sentido mucho más profundo de lo que en primera instancia parece, debido a que la trenza es lo que chasquea amenazante sobre las cabezas de los animales y lo que en última instancia golpea para lograr su objetivo, es decir, hacer avanzar al ganado en una dirección determinada. Mediante este tropos, el gaucho nos indica que su rumbo en la vida está marcado por el amor de la china que se halla representada por la mencionada trenza.
CULANDRILLO: Es un helecho, conocido también bajo los nombres “cabello de ángel” y “cabello de Venus”; crece en lugares muy húmedos (cerca de manantiales se lo suele encontrar en abundancia) y su nombre, pronunciado correctamente, es culantrillo (FIGURA 3).
El culantrillo era entre los gauchos una planta muy apreciada debido a sus propiedades medicinales. Con una infusión de culantrillo se calmaban los dolores del cuerpo y el decaimiento general que sobrevenía después de un largo arreo con mal tiempo, bajo la lluvia o en días muy húmedos. Los versos:
Sos la mata ‘e culandrillo
Que crece en mi manantial
encierran un profundo y puro amor que en la obra se encuentra representado por el manantial que alimenta y robustece los sentimientos de la china la que, a su vez, como el culantrillo, calma los dolores en la vida del gaucho.
Las expresiones amorosas que tiene este poema de Juan “Torora” hacen referencia también a lo sexual cuando dice:
Sos vaina de mi puñal,
Sos la parva en que yo trillo
Es muy importante tener en cuenta la trascendencia que tenía el culantrillo dentro de la cultura gauchesca.
En general, las chinitas frecuentemente solían beber “te de culantrillo” toda vez que tenían la sospecha de que podían haber quedado embarazadas pues, según se creía y se solía comentar secretamente entre las mujeres, la mencionada infusión de culantrillo favorecía la menstruación.
TRABAJO BRASILERO: Desde el Sur del Brasil hasta el Norte del Uruguay, es decir, de Río Grande do Sul a Tacuarembó, durante el siglo XIX y comienzos de XX, era frecuente, en las tareas rurales, el trabajo de sol a sol prácticamente sin descanso, solo se paraba al mediodía para comer algo liviano y, cada dos o tres horas (según las disposiciones del patrón) para tomar agua.
ALA DEL LOMILLO: Se llama lomillo a la silla de montar. Se fabrican distintos tipos de sillas según el uso que se les va a dar.
Desde el lomillo caían, a cada lado del caballo, dos paños, generalmente de arpillera, pintado y bordeado con flecos de colores en la parte inferior, a los que las chinas bordaban las iniciales de sus hombres.
Estas arpilleras eran conocidas como las alas del lomillo y representaban el amor de las chinas debido a la dedicación que ellas ponían para grabar las iniciales y otros adornos. Por ello pasaron a ser el símbolo del amor:
Sos ala de mi lomillo
De trabajo brasilero
(CONTINUARÁ)

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