viernes, 10 de abril de 2015

LOS ORÍGENES DE CARLOS GARDEL. Capítulo II.

Nace Carlos Gardel


Tenemos ya un panorama claro del ambiente social, laboral e inclusive político que se vivía en el Departamento de Tacuarembó. Panorama que en la misma medida que vayamos avanzando con esta historia iremos completando y ampliando cada vez más.
En medio de las circunstancias que se vivían en Tacuarembó y zonas adyacentes se destacaba la personalidad de Carlos Escayola; un hombre de aspecto elegante y de carácter fuerte, lindando casi con lo despótico por su carácter dominante, tanto en el poder político como en el seno de su propio hogar.
Entre los pobladores de la zona, en ese tiempo era lo que se dice un hombre importante. Inclusive en Tacuarembó hay hoy una calle que lleva su nombre.
Pero en la intimidad de su vida privada era un personaje muy particular, en primer lugar porque era muy proclive a las aventuras amorosas, como solían serlo casi todos los hombres de cierta fama o nombradía por aquella época. En general era un hombre muy seductor y eso le valía el gran éxito que tenía no solamente entre las mujeres de Tacuarembó sino además entre la población femenina de Montevideo y de Buenos Aires.
Por otra parte era un hombre muy generoso con sus amantes, a punto tal que a lo largo de su vida fue dilapidando la mayor parte de su fortuna complaciendo los gustos y caprichos de muchas de sus mujeres. Sus biógrafos e historiadores han coincidido siempre en calcular que llegó a tener alrededor de 50 hijos naturales.

Pero este hombre poseía además interesantes y definidas inclinaciones artísticas; algunas de ellas se hallaban orientadas hacia la música, las cuales hicieron que fuera un discreto ejecutante de la mandolina y del piano; en tanto, otras predisposiciones lo impulsaban hacia las actividades teatrales, motivo que lo llevó a dirigir algunos conjuntos vocacionales e inclusive hasta a participar como actor en algunas representaciones teatrales. Hacia el año 1880 llevaba a cabo estas actividades como director y actor en un galpón ubicado en la calle Artigas, de Villa San Fructuoso.

Ocurrió que en 1883 (año más o año menos) Carlos Escayola mantuvo relaciones sexuales con su cuñadita María Lelia, dejándola embarazada. La niña, que según ya hemos visto era su ahijada, contaba por entonces tan sólo con 14 años de edad y, para ocultar el enorme escándalo que sobrevendría en la sociedad de aquel tiempo, tanto Escayola como la familia Oliva, escondieron a María Lelia en la estancia “Santa Blanca” donde permaneció recluida hasta el alumbramiento.
A raíz de este trágico acontecimiento, Blanca, la segunda esposa de Escayola y hermana de la niña, intenta suicidarse.
La joven investigadora María Selva Ortiz, en su libro “El silencio de Tacuarembó”, publicado en 1995, cuenta que su abuela Bárbara Calcagno de Ortiz, nacida en 1897, le contaba:

“Yo iba todas las tardes a aprender a bordar con la hija de Mariquita Piquillen de Machado, y un día hablando ella nos contó de las relaciones del Coronel con Juana Sghirla... también (nos contó) que siendo muy joven María Lelia había tenido un hijo de su padrino y que la habían llevado a la estancia ‘Santa Blanca’ a tenerlo... Mi abuela siguió contándome -dice ahora María Selva Ortiz- que cuando llegó a su casa, se lo contó a su tía que quedó muy enfadada con Mariquita ¡Como va a estar removiendo esas historias! Comentó indignada la tía. Su tía era muy amiga de la familia Oliva-Sghirla y además su esposo era masón, igual que el Coronel.
Mi abuela cree recordar que tenía alrededor de 13 años y Mariquita ya era una señora mayor, que tenía fama de conocer las historias de todo lo que sucedía en la Villa”.

La estancia en la que María Lelia quedó confinada hasta el nacimiento del niño se encuentra ubicada en Valle Edén, localidad que se halla a unos 10 Km. al Suroeste de la ciudad de Tacuarembó correspondiente a la segunda sección judicial y originariamente era, propiedad de Gervasio Netto, cuñado de Escayola, ya que este estanciero en 1865 se había casado con la menor, y única mujer, de los tres hermanos de Carlos Escayola: Elodina Escayola (1847-1890).

Las madres solteras


Tal como ocurre hoy, las madres solteras inscribían a sus hijos con su propio apellido; pero este niño no fue anotado y, en consecuencia, no existe documento que certifique su llegada al mundo.
Por entonces, las madres solteras o abandonadas por sus hombres, eran más frecuentes que en la actualidad pues, aunque resulte increíble, para muchos hijos, el padre era una figura más imaginaria que real. Los varones criados sin la figura paterna formaban con la madre una pareja simbiótica, como lo muestran las canciones antiguas donde la “viejita” era todo. La mayoría de los hijos varones sin padre, desarrollaban sentimientos, muchas veces, tan confusos que llegaban a comparar el amor de la madre con el amor de la mujer. Cuando oímos en viejos tangos expresiones como “te quiero mas que a mi madre” o cosas por el estilo, no significa que el autor escribió una tontería, sino que el personaje de la letra es uno de los tantos hombres formados sin padre. De hecho, puede observarse la ausencia del padre en casi todas las canciones de esos años. El padre, en la canción rioplatense comienza a asomar a partir de la década de 1940. Si lo hubo antes, fue sólo en forma muy excepcional. Esta ausencia era cierta en la vida real. De ahí los problemas afectivos de muchos varones de entonces. No ocurría lo mismo con la mujer que crecía con el ejemplo de la actitud femenina de la madre ante la vida. Por ello, difícilmente a una mujer le pasara por la cabeza la idea de decirle a su hombre “te quiero mas que a mi padre”.
Independientemente de la calidad de las letras (que a veces dejan bastante que desear) es importante estudiar los testimonios que dan las canciones populares sobre la vida y la intimidad de cada pueblo y de cada época. No hay documento más valioso ni testimonio más importante que el de la música popular cuando se quieren conocer valores y problemas de una sociedad a través de su Historia.


Aquel niño cuyos padres fueron Carlos Escayola y María Lelia Oliva, una niña de 14 años, nacido a causa de una relación incestuosa, con el paso de los años sería el extraordinario cantante popular Carlos Gardel y pasearía por el mundo las canciones, la música y la cultura de ambos lados del Plata.



 Valle Edén


El Valle Edén forma parte del entorno de la Sierra de los Tambores. Los cerros albergan gran cantidad de especies de aves, destacándose las calandrias, los dormilones y los zorzales; estos últimos, muchas veces, han llegado a ser una verdadera plaga. El hecho de que Gardel, siendo muy jovencito, casi un niño, haya cantado por esos lugares fue lo que motivó el apodo de “zorzalito”, en alusión al ave que poblaba abundantemente aquella zona. En efecto, el gran cantor cuando niño pasaba el tiempo cantando en cuanta oportunidad se le presentaba. A veces, cuando se encontraba en el poblado y los mayores lo invitaban a cantar lo llamaban: “¡vení zorzalito cantate algo”. Y el “zorzalito”, cuando comenzaba a cantar, no había forma de pararlo.
Cuando años más tarde, ya mozo y en Buenos Aires, se lo presentaron a Betinotti y éste lo oyó cantar, expresó:
“¡Ma que zorzalito… esto es un zorzal!”.
Luego la Historia Oficial inventaría que fue el payador José Betinotti quien lo apodó “zorzal”, para evitar así, toda referencia, hasta la más mínima, al origen uruguayo del gran cantor.
Frente a la estación ferroviaria de Valle Edén, había una antigua pulpería, muy concurrida y conocida como “La Pulpería de Alberti”. En ella, Carlos Gardel cantó en sus comienzos, cuando era aún un desconocido sin imaginar siquiera la fama que llegaría a alcanzar a nivel internacional.
Aquella vieja pulpería ha sido remodelada para convertirse en un notable museo totalmente dedicado a la voz y la memoria del gran cantor tacuaremboense.
Julio
Después que el niño nació en la estancia Santa Blanca, Escayola ordenó llamarlo Julio. Pero ya todos le decían Carlos o, mejor dicho, “Carlitos”, debido a que pronto corrió el rumor como reguero de pólvora de que era hijo del Coronel. El nombre Julio sólo fue conocido por sus íntimos amigos, uno de ellos, Pedro Bernat, su representante en el Uruguay quien, a manera de broma dio el aludido nombre al cronista del diario “La Tribuna Popular” de Montevideo quien encabezó la noticia del debut de Gardel, durante el mes de septiembre de 1929, diciendo:
“Mañana debuta Julio Carlitos Gardel”.
Carlos Escayola era masón y entre sus amistades de la política, el silencio fue la consigna y se sometieron a ella cumpliendo así con una de las reglas básicas de la hermandad.
Tras el parto de María Lelia, nunca más se lo vio a Escayola junto a su esposa Blanca Oliva quien no volvió a dirigirle la palabra a su hermanita. Por otra parte, el resto de la familia nunca más quiso viajar a “Santa Blanca” donde “Carlitos” quedó a cargo de la lavandera de la estancia: doña Manuela Casco.

¿En que año nació Gardel?


Dadas las circunstancias en que nació Gardel, aún no hay acuerdo entre los investigadores acerca del año en que se produjo su llegada al mundo. Para algunos, el hecho, ocurrió en 1882 y, aunque nada se ha probado, existen importantes testimonios que dan como posible que tal suceso pudiera haber ocurrido en ese año. Al respecto la madre del jockey Irineo Leguisamo dijo haber conocido al cantor en el año 1907 al visitar Valle Edén acompañada de su hijo Irineo. Lo vio en casa de una señor llamado Juan Puig y, desde ese momento, se entabló una larga amistad entre el cantor, el niño Irineo y la madre que siempre aseguró que el cantor era un año menor que ella. Doña Tomasa había nacido en 1881 y, cuando conoció al cantor en 1907, tenía 26 años de edad. Ésto indicaría que Gardel habría nacido en 1882 y que, en aquel momento, contaba con 25 años de edad o los cumpliría durante el transcurso de ese año. En cuanto a Irineo Leguisamo tenía, en 1907, cuatro años, o estaba por cumplirlos; había nacido el 20 de octubre de 1903 y era hijo de padre desconocido. Doña Tomasa, aunque era su madre, debido a los prejuicios sociales de la época, figuraba ser su tutora hasta que, según acta Nº 44 del Departamento de Tacuarembó, esta mujer procedió al reconocimiento de su hijo el 14 de noviembre de 1935 cuando el jockey contaba con 32 años de edad.
Este reconocimiento tardío, sólo resulta explicable si se tiene en cuenta que tres meses antes, el 13 de agosto, inesperadamente apareció un “testamento de Gardel” con una madre francesa y una historia falsa de la que la señora Leguisamo conocía la verdad.
Interrogada en 1960 por el periodista Erasmo Silva Cabrera sobre si Gardel era francés, contestó airadamente:
“¿Gardel francés? ¡Que va a ser francés! Gardel es de Tacuarembó. Lo llamaban el Zorzalito por Tambores, siendo mozo”.
Cuenta el investigador Nelson Bayardo que tras la aparición del “testamento de Gardel”, ante el temor de que pudiera surgirle a Irineo otra madre, doña Tomasa, después de 32 años, tomó sus precauciones ante la riesgosa profesión del jockey reconociéndolo como su hijo.
Coincidiendo con las declaraciones hechas por doña Tomasa Leguisamo, el actor Fernando Ochoa manifestó públicamente, que José Razzano le aseguró que Gardel al momento de morir tenía 52 años de edad. Si tomamos en cuenta que el cantor cumplía años en el mes de diciembre y murió en el mes de junio, las palabras de Fernando Ochoa, al igual que las de Tomasa Leguisamo, lo dan al cantor como nacido en 1882.
También el periodista Pedro Bernat, amigo y representante del cantor en el Uruguay, decía que Carlos Gardel nació en el año 1882, según se puede deducir de las declaraciones que hizo para el diario “La Mañana”, de Montevideo, publicado al día siguiente de la muerte del cantor:
“Había nacido en la segunda sección judicial del Departamento de Tacuarembó... Fallece a los 52 años”.
La viuda de Bernat fue entrevistada por Erasmo Silva Cabrera a poco de iniciada la década de 1960 y ésta, refiriéndose a su esposo dijo:
“Perico decía siempre que Gardel era uruguayo”.
Pero por la cautelosa y reticente circunspección con que se expresaba la viuda de Pedro Bernat, Erasmo Silva Cabrera aseguraba que la señora callaba muchas otras cosas:
“Ella sabe mucho mas, pero es evidente que no desea hablar”.
Pedro Bernat, además de periodista, era representante de artistas y apoderado de Carlos Gardel en los asuntos relacionados con el Uruguay.
Hacia finales del año 1934, viajando con rumbo a Montevideo con el, por entonces, charlista español Federico García Sanchiz (1886-1964), de quien también era su representante, Pedro Bernat pasa por la ciudad de Nueva York donde hace un alto para quedarse unos días con el fin de saludar a Gardel que se hallaba filmando en dicha ciudad.
En una carta que el cantor le dirigió a Defino, quedó documentado el afecto y estima que Gardel sentía por Bernat:
“Está ahora conmigo el viejo amigo Perico Bernat. El hombre yiró por toda América con Sanchiz y se apareció una madrugada por estos pagos. Se va el sábado para Montevideo y le agradezco la sorpresa, ya que sigue siendo el excelente amigo de siempre”...
La viuda del popular actor Enrique Muiño, cuando fue entrevistada por Erasmo Silva Cabrera, comentó que un día llegó hasta su casa el actor Elías Alippi manifestando haber descubierto que Gardel era mayor que él. Elías Alippi había nacido en 1883 lo cual indicaría que el cantor era nacido en 1882 ó, tal vez, antes, aunque esto último resulta ser muy poco probable.
La mayor parte de los testimonios que se han encontrado acerca del año de nacimiento de Carlos Gardel, se hallan agrupados entre los años 1882 y 1884. No obstante ello, se ha tropezado con el hallazgo de algunos otros datos desperdigados de los que se puede deducir la posibilidad (aunque sólo sea mínima) de que pudiera corresponder a otros años apartados del período 1882-1884.
En el prestigioso diario “El Imparcial” de la ciudad de Montevideo, en su edición del 13 de julio de 1930, el por entonces muy conocido periodista teatral uruguayo Segundo Bresciano publicó una nota en la que aseguraba:
“Gardel es uruguayo, nacido en Tacuarembó”.
Una semana después de la muerte del cantor, el 1º de julio de 1935, en el diario “El Debate”, también de Montevideo, Bresciano decía que Gardel...
“En 1930 nos expresaba tener 50 años”.
Este dato lo daría como nacido en 1880 cosa que resulta imposible ya que no coincidiría con la cronología del cantor. De todas maneras es importante esta declaración como un testimonio más sobre la falta de certeza que Gardel tenía acerca de su propia fecha de nacimiento. De ahí que, según sus estados de ánimo, declaraba distintos años para fijar el de su natalicio. Pero lo realmente importante es que, invariablemente, el cantor determinó siempre su nacimiento antes del año que adoptó en su documentación legal, es decir, antes de 1887. Además, en el mencionado diario “El Debate”, Segundo Bresciano reproduce la crónica publicada en 1930 en “El Imparcial” explicando que Gardel le pidió que no dijera su origen; pero que luego, ante la insistencia del periodista, el cantor, un tanto contrariado le manifestó:
“Ponga lo que quiera pero no diga que yo se lo dije”...
Luego, en la misma nota, Bresciano agrega que Gardel al morir, tenía 48 años.
Otro testimonio que se aparta del período 1882-1884, es el de Francisco Martino (amigo de Gardel desde sus comienzos como cantor) cuando para el periódico “La Nación” de Buenos Aires, el mismo día del accidente de Medellín comentó:
“Lo fui a despedir cuando partió para Estados Unidos (sic). Gardel me dijo: fíjate vos Pancho, yo haciendo el galán a los 47 años”.
Este testimonio lo presenta al cantor como nacido en 1886, es decir, alejado del período 1982-1884 en sentido contrario al testimonio anterior. Pero observemos que Francisco Martino, estando en Buenos Aires, declaró que Gardel partió hacia los Estados Unidos cuando en realidad el cantor se embarcó rumbo a Europa para luego, desde el
Viejo Mundo, dirigirse hacia Nueva York. Estos involuntarios errores en las declaraciones hablan de la permanente necesidad de contrastar entre sí la mayor cantidad de testimonios posibles que puedan ser hallados para, de esta manera, obtener alguna conclusión que resulte común, o lo más común, a todos.
Cuantos mas testimonios se obtengan, mayor será la posibilidad de certeza que tendrá el investigador.
Los testimonios citados, mas aquellos que continuaremos citando a lo largo de este estudio, tienen en común algo muy importante: Carlos Gardel nació varios años antes del año 1890 que fue el año en que nació el francés Charles Romualdo Gardes, es decir, el auténtico hijo de Berta Gardes, nacido en Francia y luego misteriosamente desaparecido.

 Máximo Santos

El día 1º de marzo de 1882, en Uruguay, presenta su renuncia el presidente Vidal y ese mismo día asume el poder su Ministro de Guerra y Marina el general Máximo Santos, primer capitán general en la historia de Uruguay y amigo personal de Carlos Escayola. El nuevo presidente, al igual que Escayola, es masón y, en mayo de 1882, otorga la personería jurídica a la Masonería del Uruguay.
El 14 de julio de 1882 promulga la ley según la cual el Presidente de la República habrá de llevar una banda como distintivo de su alta jerarquía. Según esa ley...
“La banda tendrá los colores de la patria. La parte superior se llevará colocada sobre el hombro derecho y la inferior en el costado izquierdo. La expresada banda, en lo que ocupa el centro del pecho, tendrá una placa bordada en oro con el escudo nacional”.
Esto nos está indicando que antes de la llegada al poder del presidente Santos, ningún mandatario de Uruguay había usado banda presidencial.
Durante el mandato del general Santos (1882-1886) fue absuelta la deuda de guerra con el Paraguay devolviéndole los trofeos; se desterró el bandolerismo y la delincuencia, pero no pudo eliminarse la corrupción administrativa que, por el contrario, fue incrementando en forma alarmante.
El gobierno actuó, muchas veces, al margen de la ley y fueron comunes y frecuentes los ataques a la Prensa, a los enemigos políticos y las elecciones fraudulentas. Los maestros y la policía quedaron sin cobrar sus sueldos durante largos meses mientras se hacían grandes fiestas y desfiles militares.
El club “El Progreso”
El 25 de agosto de 1882 (aniversario de la declaración de la independencia uruguaya del Brasil), con motivo de la fecha patria, se organizó un desfile militar que asombró a todo la población de San Fructuoso. El presidente de la República, a pedido de Escayola, envió un contingente de granaderos a caballo. La policía local estrenó un nuevo uniforme y a los acordes marciales de dos bandas se cerró el desfile.
Ese mismo día Escayola funda el Club Social “El Progreso” que es inaugurado con un almuerzo para las autoridades e invitados especiales. A partir de entonces, San Fructuoso cuenta con un lugar para realizar reuniones, conferencias, conciertos, espectáculos de teatro, etc. Hasta los mismos enemigos políticos de Carlos Escayola estuvieron de acuerdo en contar con un Club Social.
Entre otras facetas personales de Escayola, se destacan el ejercicio de la presidencia en instituciones de conjuntos carnavalescos durante tres años consecutivos y de la dirección de Compañías Vocacionales de Teatro cuya sede era un galpón que estaba donde hoy se levanta la Escuela Técnica de Tacuarembó.
Testimonios que dan a Gardel como nacido en 1883
Hay también testimonios muy importantes que determinan el año de nacimiento del cantor en 1883. Uno de esos testimonios es el de José Plaja, quien fuera el profesor de inglés de Carlos Gardel durante los años 1934 y 1935.
Este profesor fue puesto a disposición de Gardel por la empresa Paramount con el objeto de hacerle filmar películas en ese idioma, por la aceptación que el cantor tuvo en los Estados Unidos a través de sus actuaciones radiales, por parte del numeroso público de aquel país, a pesar del idioma, y por la enorme colectividad latinoamericana radicada. La aceptación del arte de Gardel llegó a ser tan grande por el pueblo yanqui que, para su regreso de la gira fatal a Nueva York, ya le habían preparado algunos guiones para filmar en inglés.
El profesor José Plaja era de origen español y cuando fue entrevistado en su casa de Barcelona, entre otras muchas cosas, declaró que Gardel…
“cuando llegó a Nueva York, ya había cumplido los 50 años.”...
Si tenemos en cuenta la aseveración de Plaja, Gardel, que llegó a la ciudad de Nueva York el 28 de diciembre de 1933 con 50 años cum-plidos, resulta ser nacido en el año 1883. Este comentario de José Plaja coincide ampliamente con las declaraciones realizadas por Manuel Pizarro, músico argentino que realizó casi toda su carrera en Europa, especialmente en Francia. Este bandoneonista y director declaró:
“(Gardel) Salió de aquí (refiriéndose a París) para los Estados Unidos habiendo cumplido los 50 años”.
Aunque algo impreciso, Cátulo Castillo parece confirmar la posibilidad de que Carlos Gardel haya nacido en el año 1883 en una serie de notas publicadas en la revista “Radiofilm” donde decía que el cantor...
“se había convertido en galán del cine yanqui cuando ya pasaba los 50”.
Recordemos que el cantor filmó en los Estados Unidos durante los años 1934 y ‘35.
También hubo periódicos que, al día siguiente de la catástrofe de Medellín, afirmaron que Carlos Gardel contaba con más de 50 años de edad al morir. Al respecto citaré como ejemplo lo que publicaron dos diarios importantes de mi país:
“Sus amigos dicen que pasaba el medio siglo” (diario “El Día” de la ciudad de La Plata).
“Amigos íntimos de la infancia aseguran que se quitó unos años” (diario “La Nación” de Buenos Aires).

Berta Gardes

Esta mujer es muy importante en nuestra historia. Llega al Uruguay en el año 1883 procedente de Francia, con 18 años de edad, en compañía de dos amigas compatriotas suyas: Anais Beaux y Odaline Ducasse de Capot, esta última, con su hijo Esteban Cirilo Capot, un bebé nacido en enero de 1882.
Al morir Gardel, el músico de la Banda del Parque de Artillería, José Colom Contreras, confirmó este hecho declarando para el diario “Crítica”, y otras publicaciones, que conoció a Berta y a Odaline cuando vivían en un conventillo ubicado en Talcahuano 64 y supo por ellas que “habían venido juntas de Francia a Montevideo”.
En la capital uruguaya, se alojan en el Hotel de Inmigrantes muy dis-puestas a conseguir trabajo. Leían cuanto anuncio periodístico podían. Berta contestó a un pedido de planchadora para Minas de Corrales y fue aceptada. A pesar de la gran distancia entre Montevideo y Tacuarembó (400 Km.), Berta se mostró conforme sabiendo que en ese lugar había muchos franceses.
Sus amigas, se quedaron en Montevideo radicadas en una pensión económica ubicada frente al teatro Solís.
Víctor L’Olivier, desde Minas de Corrales, le encarga a Escayola (que está por viajar hacia allí), que espere la llegada de las diligencias a San Fructuoso para recoger a Berta, la nueva planchadora que viene a tomar el empleo, para que la guíe hasta las minas. De esta forma, Escayola se relaciona con Berta mientras viajan juntos.
Al llegar a destino, el ingeniero L’Olivier le da a Berta ocupación como planchadora de las ropas de los operarios.
A partir de entonces, por las noches, Escayola comienza a visitar a Berta Gardes en su alcoba de Minas de Corrales. Esta mujer, que jugará un papel importante en esta historia, había nacido en Toulouse, Francia, el 14 de junio de 1865 y era hija de Vítal Gardes (1837-1905) y de Helene Cinégonde Jeanne Camarés (1839-1931).
Hay muchas referencias acerca de la llegada de Berta Gardes a la República Oriental del Uruguay mucho antes que a mí país.
Así, por ejemplo, el Dr. Pedro Baldassarre manifestó que ella le contó que... “antes de llegar a Buenos Aires estuvo en el Uruguay”.
A su vez, Fernando Ochoa declaró:
“Berta me contó que en su juventud iba y venía de Buenos Aires a Montevideo, regresando definitivamente a la Argentina cuando estalló la revolución en el Uruguay”.
La Revolución a la que hace mención Fernando Ochoa estalló en el año 1904 y fue la última guerra civil y la más sangrienta que se vivió en Uruguay. Esta revuelta determinó, entre otras consecuencias, un nuevo orden imponiendo los valores urbanos e intelectuales, encarnados por José Batlle y Ordóñez, sobre la cultura del caudillismo rural imperante desde la independencia hasta aquel momento, representado por Aparicio Saravia.
Berta, después de la catástrofe de Medellín, al llegar de Francia, dijo al periodismo que... “vino en plena juventud a Montevideo”.
Al morir Berta, en 1943, la revista “Radiolandia” comentó:
“Vino al Río de la Plata, primero a Montevideo, luego a Buenos Ai-res”.
Dos días después de la muerte de Gardel, el periódico “El Debate” afirma que Berta también estuvo, antes que en Buenos Aires, en Tacuarembó. En efecto, en un artículo titulado “Quien le da la noticia a la vieja” se lee:
“Allá en un rincón de Toulouse, en Francia, está la madrecita de Gardel, esa viejecita que en su lejana mocedad vivió en nuestro Tacuarembó ...”
Estos y otros testimonios, descalifican totalmente la afirmación que se suele hacer en el sentido de que Berta Gardes, cuando llegó por primera vez de Francia, se radicó en Buenos Aires. Semejante mentira es una maniobra más, una de las tantas, para desvincular al cantor del Uruguay.
Berta en casa de Escayola
Durante el transcurso del año 1883 se enferma de gravedad y finalmente fallece la vieja planchadora de los Escayola-Oliva. Una gran preocupación e intranquilidad se percibe entre los integrantes de aquella familia ante la pérdida de una empleada de muchos años y de tanta confianza en la residencia de esta familia, preocupación que motivó al ingeniero Víctor L’Olivier el inocente y espontáneo ofrecimiento de una “buena planchadora francesa” que él tiene trabajando en Minas de Corrales. La aceptación de Blanca Oliva y el cauteloso silencio guardado por Carlos Escayola (para no dar lugar a sospechas sobre su relación con Berta, ya que era bien conocida su inclinación hacia el “sexo débil”), silencio que fue interpretado como una señal de aprobación, permitió que a los pocos días Berta Gardes comenzara a trabajar en el ámbito de aquella numerosa e importante familia de Tacuarembó.
El Teatro Escayola
Finalizando ya el año 1883, Carlos Escayola adquiere, en sociedad con otras personas importantes de Tacuarembó (importantes quiere decir con plata), el terreno en el que hará construir el teatro que aún hoy se halla en pie aunque, desde hace ya varias décadas, ha dejado de funcionar como sala de espectáculos.
El local está ubicado en la calle 25 de mayo 163, frente a la plaza 19 de Abril, donde hoy funciona la imprenta Rego, pues, desde el año 1980 a la fecha (creo que todavía continúa), en el edificio, Guillermo Rego instaló la mencionada imprenta.
El documento en el que se puede constatar la adquisición del mencionado terreno por parte de Carlos Escayola, en sus tramos más destacadas, dice textualmente lo siguiente:
“En Montevideo, a catorce días del mes de noviembre de mil ochocientos ochenta y tres, el Poder Ejecutivo de la República representado en este acto por el Excelentísimo señor Presidente Brigadier Don Máximo Santos y su excelencia el Sr. Ministro Secretario de Estado en el Departamento de Gobierno Doctor Don Carlos de Castro, por ante mí el Escribano Auxiliar de Gobierno, dice: “(...) que el Jefe Político del Departamento de Tacuarembó, Don Carlos Escayola, se presentó manifestando que varios propietarios, comerciantes y hacendados habían concebido la idea de construir un edificio para Teatro en la Villa de San Fructuoso, cotizándose por acciones y pidiendo que el Gobierno contribuya con el terreno necesario en que haya de levantarse el edificio (...)”.
Respondiendo a esta solicitud, se accede a ella mediante una Resolución cuyo texto en la parte más importante dice:
“Concedido bajo la condición de que la construcción del Teatro, tenga lugar dentro del plazo de dos años y para su debida escrituración pase a la escribanía de Gobierno y Hacienda. (...) Por tanto: llevando su Excelencia a efecto lo acordado por la presente Escritura Pública, hace donación a favor de Don Carlos Escayola del terreno y edificio de que se ha hecho mérito con el fin indicado y con la condición impuesta”.
El documento se prolonga en consideraciones legales que si bien pueden ser de mucha importancia desde el punto de vista jurídico, no guardan ninguna relación, ni aportan nada que haga al interés específico en lo que a nuestra historia se refiere.


El hijo menor

En el año 1883 nace Washington, el hijo menor de Blanca Oliva y Carlos Escayola, siendo su padrino el presidente de la República Oriental del Uruguay, Máximo Santos. Este padrinazgo era una prueba más de la amistad que Escayola mantenía con el presidente de la Nación; amistad que era aprovechada para amedrentar a sus enemigos políticos.

Manuela Bentos de Mora

En ese mismo año (1883), por orden de Carlos Escayola, Manuela Bentos de Mora, con 15 años de edad (de acuerdo a lo que decían sus documentos porque representaba tener 20 años o algo más), es obligada a contraer enlace con Marcos Suárez, de 24 años, para tapar los escándalos que hacía la muchacha afirmando, en medio de ciertas reuniones, hallarse embarazada del patrón. La boda fue llevada a cabo el día 8 de noviembre del mencionado año.
Vean ustedes la enorme influencia y dominio que ejercía Escayola sobre las personas; era el amo y señor de Tacuarembó y disponía sobre las voluntades y las cosas como un señor feudal del Medioevo.
Al poco tiempo de comenzar con sus investigaciones el periodista Erasmo Silva Cabrera, creyó erróneamente que la Bentos de Mora era la madre de Carlos Gardel.
Lo cierto es que Manuela y Marcos debieron contraer enlace por imposición del patrón, Carlos Escayola, y, de acuerdo con las anotaciones que figuran en el Registro Civil, fueron padres de 6 hijos: Luisa, la mayor (que fue anotada en 1885 y muy posiblemente haya sido hija de Carlos Escayola), Mauricio (anotado en 1886), Gilda (en 1889), Victoria (en 1891), Doroteo (en 1892) y Zenona (en 1893). Doy los años en que fueron anotados debido a que era, por entonces, algo muy frecuente hacer las anotaciones en el Registro Civil fuera de tiempo, a veces con diferencias de años entre el registro y el nacimiento de la criatura.
Manuela Bentos de Mora falleció el 7 de mayo de 1938 en el paraje de la 6ª sección de Tacuarembó, conocido como La Aldea. Según las anotaciones registradas estaba por cumplir los 70 años.
Testimonios que dan a Gardel como nacido en 1884
El periódico “Noticias Gráficas” de Buenos Aires, en su publicación correspondiente del 24 de junio del año 1954, decía, ya por aquel entonces, al referirse a Carlos Gardel:
“Siempre creímos que tenía 45 años al morir, pero documentos hallados posteriormente revelan que había nacido en 1884, vale decir que tendría 51 años”.
Es una pena que no haya sido mencionada la fuente en la que obtuvo esta información el mencionado diario argentino ya en el año 1954.
El importante músico y director, que acompañó al cantor al frente de una gran orquesta durante un ciclo de audiciones radiales realizado en Nueva York, Hugo Mariani, manifestó para el diario “Clarín” de Buenos Aires, en su edición del 24 de junio de 1949, que Carlos Gardel en el año 1933, estando aún en Buenos Aires, le había confesado tener 49 años de edad.
En coincidencia con el músico Hugo Mariani, el periodista Manuel Sofovich (padre de los hermanos Gerardo y Hugo) declaró al diario “Noticias Gráficas” de Buenos Aires, el 9 de septiembre de 1953, que durante la cena de despedida que se le ofreció a Carlos Gardel el 19 de diciembre de 1933 en París con motivo de su próxima partida hacia los Estados Unidos, el cantor le reveló haber cumplido 49 años de edad en esos días. Armando Defino en su libro “Carlos Gardel, la verdad de una vida”, habla de esta cena en la que él también participó y, si bien menciona a varios concurrentes, ignora la presencia del periodista Manuel Sofovich.

José María Silva

Es muy importante el testimonio que ha dejado este fotógrafo uruguayo (uno de los mejores que tuvo el cantor) que vivió siempre en Montevideo. Nació en la capital uruguaya en 1897 y, a los 91 años de edad declaró para el diario montevideano, “La República” del 24 de junio de 1988:
“De las últimas que yo le saqué, que son del año ‘33, me encargó 100 copias de 18 por 24 a un peso cada una... todo completamente natural... eso sí, se retocaba, no la foto sino el negativo para sacar arrugas... 49 años tenía”.
José María Silva también creyó durante casi toda su vida que Carlos Gardel era francés; pero en 1994, con 97 años de edad, en un homenaje realizado al cantor en Tacuarembó, se expusieron las fotografías más célebres que este fotógrafo le tomara. El, por entonces, intendente del Departamento, Sr. Sergio Chiessa, le entregó una plaqueta a Silva quien declaró:
“Hasta hace dos años yo creí que Gardel era francés, pero en ese tiempo, leyendo las últimas publicaciones de estudiosos del tema, me fui convenciendo de que era realmente uruguayo de Tacuarembó, tal como sostiene mi hijo” (“El País” de Montevideo, edición del 3 de julio de 1994).
Recordando aquel día de 1933 en que Gardel le había confesado tener 49 años, José María Silva agregó:
“Eso no se me borró nunca de la memoria y aplicando la lógica tenemos que deducir entonces que es falsa la teoría del testamento ológrafo que dio a Gardel como fallecido a los 44 años en 1935”.
Si José María Silva, recién en 1992, cuando contaba con 95 años de edad, advirtió la patraña urdida, no se puede pretender que todo el enredo armado, para justificar la supuesta nacionalidad francesa, se comprenda y acepte en forma inmediata por quienes jamás se interiorizaron seriamente por este asunto.
Resulta más simple creer lo que todos creen; una creencia generalizada brinda al ignaro más seguridad, pues nada hay que explicar y mucho menos probar; es algo que todos “conocen” o, al menos, creen conocer y no se cuestiona. No es fácil entender el manejo que se hizo, cuando se creyó toda la vida y de buena fe que Gardel era francés.
Sucumbe la Compañía del Oro
Al promediar el año 1884, el rendimiento de las minas de oro comienza a decaer notable y aceleradamente. Esta circunstancia dio motivo a que se efectuaran algunos cambios en el personal directivo e incluso a la renuncia de su director Víctor L’Olivier quien, radicado en Villa San Fructuoso, contrae enlace el 17 de julio de 1884 con María Luisa Gaye (hija de don Pablo Gaye, francés, y de María Zamit, uruguaya)
En ese mismo año, Carlos Escayola le encarga los planos del Teatro y la dirección de la obra, al ingeniero L’Olivier, quien se desempeñó también como administrador en el Hospital Regional de San Fructuoso y dirigió varias construcciones del poblado.
Berta en la “Santa Blanca”
Después de transcurrido un año, desempeñándose como planchadora en la casa de los Escayola-Oliva, Berta Gardes entra y sale confianzudamente por la puerta principal. Por las noches, Escayola la va a “visitar” a su cuarto, ubicado en la parte trasera de la casa, y además la lleva al cabaret “La Rosada”. En ese establecimiento nocturno que, como sabemos, es propiedad de Escayola, la encargada, que la autora Susana Cabrera en su libro “Los secretos del Coronel” llama Minina Flor, la trata fríamente, con indiferencia; la ve como a una rival.
Mientras tanto Blanca, María Lelia y Juana Sghirla, han comenzado a sospechar de estas desapariciones nocturnas de Berta y, tras algunas discusiones, para evitar mayores problemas, Carlos Escayola la traslada, con sus cosas, a la estancia “Santa Blanca”.



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