CX- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA -110
AMANECER
Conocemos ya los elementos básicos que intervinieron en la formación del antiguo género musical llamado cifra, es decir, el canto con acompañamiento alterno heredado de la cultura Hispanoárabe y la marcación rítmica en la guitarra (también herencia Hispanoárabe) del galope del caballo que era el medio de transporte más importante y, por varios siglos, el único del que se valió el gaucho.
Pues bien, la segunda y última obra registrada por Gardel durante la segunda sesión de grabaciones del año 1920, corresponde a la cifra “Amanecer” compuesta por Carlos Gardel y José Razzano sobre versos de autor desconocido. En este registro se puede apreciar que la música es prácticamente la misma que se continúa escuchando hoy en día en lo que a este género se refiere.
Los versos, en cambio, desarrollan un cuadro estático correspondiente a una determinada hora del día: el amanecer. Durante el desarrollo de la obra, no aparecen personajes implicados ni en el más elemental argumento, como tampoco surgen ideas u opiniones de índole alguna. Era ésta una forma muy característica en los versos y canciones populares hasta bien avanzada la segunda mitad del siglo XIX. De eso se trata cuando hago referencia a lo estático de la obra, pues nos parece estar mirando un cuadro…
La obra está conformada por tres estrofas de ocho versos octosílabos cada una. En cada estrofa, Gardel canta el primer verso y los dos últimos junto con el punteo que le hace José Ricardo “entonando” la melodía del canto. Cosa curiosa ésta, ya que muy rara vez se sumaba a la voz del cantor la melodía instrumental del canto. El resto de la grabación cumple al pie de la letra con lo establecido en el canto con acompañamiento alterno.
A lo largo de los versos aparecen vocablos como MACETA, término usado para referirse al caballo viejo, de cascos crecidos y que, debido a ello, tiene cierta dificultad para andar.
Otro término que también hace referencia al caballo es REDOMÓN. Este vocablo se utilizaba (y aún hoy se lo suele usar) para calificar al animal que se halla a medio domar y que el gaucho solía usar para lucir sus habilidades como jinete en torneos conocidos precisamente con el nombre de “jineteadas” y que erróneamente hoy en día muchos califican de “doma”.
(CONTINUARÁ)
No hay comentarios:
Publicar un comentario