CVIII- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA (108)
ORÍGENES DE LA CIFRA (Primera parte)
Después del estilo “Pobre madre”, Carlos Gardel lleva al disco una cifra y con este registro finaliza la segunda sesión de grabaciones del año 1920. Pero antes de ir directamente a la versión grabada considero muy interesante conocer el origen de este género musical, el primero en la música popular del Río de La Plata.
Fueron muchos los factores que dieron lugar a la aparición de la cifra en la llanura pampeana. El más antiguo se remonta a la época del dominio árabe en la península ibérica cuando, en el año 711, los moros invadieron España y se instalaron allí durante 8 siglos. Fue recién en 1492, con los reyes católicos, Fernando e Isabel, cuando cayó Granada, el último bastión árabe que aún se mantenía.
Para ese entonces, la lengua española estaba ya plagada de palabras árabes, o de origen árabe, y el pueblo había heredado muchas costumbres de la cultura árabe.
Desde el punto de vista musical, que es lo que nos concierne, los españoles por ese entonces habían adoptado como propio el canto con melismas, esto es, el canto con una sucesión de notas que forman un “adorno” sobre una misma vocal; estos adornos vulgarmente son conocidos como arabescos.
Cuando los árabes son derrotados, los reyes católicos disponen realizar una “limpieza” del reino eliminando (en realidad tratando de eliminar) las costumbres de origen árabe, y entre ellas el arabesco.
Así las cosas, el arabesco fue prohibido en todo el territorio del reino. El control para evitar que el pueblo aplicara en el canto el arabesco fue más o menos fácil en los grandes pueblos y ciudades; pero en el campo la cosa fue prácticamente imposible. En su medio, los paganos continuaron cantando en sus fiestas y reuniones desconociendo la prohibición Real.
Antes de continuar quiero aclarar que pagano no significa, como habitualmente se cree, pecador; pagano significa campesino, pues el mencionado vocablo deriva del latín “pagus” (en español pago) palabra con la que se designaba a las pequeñas poblaciones del campo.
Lo cierto es que los paganos, tal vez como reacción ante la medida Real, comenzaron a darle cada vez más importancia al canto con melismas o arabescos… Y para ello iniciaron, en la historia de la música, la práctica del canto con acompañamiento alterno. Esta forma de canto consistió en silenciar los instrumentos toda vez que el cantor llevaba a cabo su tarea, es decir que el acompañamiento y la voz, en ningún momento sonaban al mismo tiempo… o la voz, o la música instrumental.
Este método, en el canto español, estaba siempre a cargo de un cantor prestigioso capaz de hacer los más complicados y extensos arabescos tomando para ello todo el tiempo que considerara necesario.
El arabesco español, como herencia de la cultura árabe, sobrevivió muchos siglos e inclusive ha llegado hasta nuestros días.
Fueron muchos los factores que dieron lugar a la aparición de la cifra en la llanura pampeana. El más antiguo se remonta a la época del dominio árabe en la península ibérica cuando, en el año 711, los moros invadieron España y se instalaron allí durante 8 siglos. Fue recién en 1492, con los reyes católicos, Fernando e Isabel, cuando cayó Granada, el último bastión árabe que aún se mantenía.
Para ese entonces, la lengua española estaba ya plagada de palabras árabes, o de origen árabe, y el pueblo había heredado muchas costumbres de la cultura árabe.
Desde el punto de vista musical, que es lo que nos concierne, los españoles por ese entonces habían adoptado como propio el canto con melismas, esto es, el canto con una sucesión de notas que forman un “adorno” sobre una misma vocal; estos adornos vulgarmente son conocidos como arabescos.
Cuando los árabes son derrotados, los reyes católicos disponen realizar una “limpieza” del reino eliminando (en realidad tratando de eliminar) las costumbres de origen árabe, y entre ellas el arabesco.
Así las cosas, el arabesco fue prohibido en todo el territorio del reino. El control para evitar que el pueblo aplicara en el canto el arabesco fue más o menos fácil en los grandes pueblos y ciudades; pero en el campo la cosa fue prácticamente imposible. En su medio, los paganos continuaron cantando en sus fiestas y reuniones desconociendo la prohibición Real.
Antes de continuar quiero aclarar que pagano no significa, como habitualmente se cree, pecador; pagano significa campesino, pues el mencionado vocablo deriva del latín “pagus” (en español pago) palabra con la que se designaba a las pequeñas poblaciones del campo.
Lo cierto es que los paganos, tal vez como reacción ante la medida Real, comenzaron a darle cada vez más importancia al canto con melismas o arabescos… Y para ello iniciaron, en la historia de la música, la práctica del canto con acompañamiento alterno. Esta forma de canto consistió en silenciar los instrumentos toda vez que el cantor llevaba a cabo su tarea, es decir que el acompañamiento y la voz, en ningún momento sonaban al mismo tiempo… o la voz, o la música instrumental.
Este método, en el canto español, estaba siempre a cargo de un cantor prestigioso capaz de hacer los más complicados y extensos arabescos tomando para ello todo el tiempo que considerara necesario.
El arabesco español, como herencia de la cultura árabe, sobrevivió muchos siglos e inclusive ha llegado hasta nuestros días.
Tan acostumbrados como estamos actualmente a escuchar el canto con el acompañamiento al unísono, considero que con estas explicaciones no es fácil entender cómo suena el canto con acompañamiento alterno. Por tal motivo les dejo la versión fílmica de la jota aragonesa “Los ojos de mi moza” de y por Carlos Gardel con letra de Alfredo Lepera.
Es importante observar los prolongados silencios orquestales cada vez que Gardel canta.
Es importante observar los prolongados silencios orquestales cada vez que Gardel canta.
La orquesta que lo acompaña está dirigida por el maestro Terig Tucci (1897-1973), argentino.
(CONTINUARÁ)
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