Después de lo comentado en el
capítulo anterior, continúan tres décimas que guardan un orden y un
estilo adecuados como para afirmar que pertenecen a un mismo autor y que
ese autor considero a de ser Juan “Torora”. De estas tres décimas, la
sexta, en la publicación de “El Fogón”, conserva las mismas
particularidades estilísticas que las dos que le preceden; ésto hace
suponer que las tres pertenecen a “Torora” y que, por consiguiente, “El
tirador plateao” es más extenso que la versión que conocemos
habitualmente por la grabación realizada por Carlos Gardel. Ésta sería
una de las décimas (posiblemente haya otras) de la mencionada obra que
el cantor no incluyó en su interpretación:
Sos el pihuelo machazo
De mis fuertes nazarenas,
Sos consuelo de mis penas,
Sos argolla de mi lazo.
Sos el pasador lindazo
Que trenzo con finos tientos,
Sos los alegres acentos
Que a mi guitarra querida,
Pa pasar mejor la vida,
Arranco en tristes momentos.
En esta décima, en la que se puede apreciar sin lugar a dudas que
contiene la misma esencia y el mismo estilo literario de los versos
cantados por Carlos Gardel, encontramos expresiones tales como pihuelo
(o pigüelo), que es la parte de las espuelas que sostienen las rodajas
que, cuando tienen dimensiones grandes, por lo común
diez o mas púas, reciben el nombre de nazarenas debido a su semejanza con la corona de espinas de Jesús de Nazareth.
Según muchos investigadores y estudiosos de las tradiciones gauchas, un
par de espuelas nazarenas comunes podían llegar a pesar algo más de 2
Kg el par e incluso, en ciertos casos de excepción, solían alcanzar un
peso de hasta 3 kilogramos el par.
Tomando en cuenta estos datos, podemos percibir con mayor cla-ridad el sentido de los versos:
Sos el pihuelo machazo
De mis fuertes nazarenas
Versos que, en lenguaje llano, podría ser expresado diciendo
“Sos el enérgico sostén de mi fortaleza”.
PIHUELO es la pieza metálica que soporta y donde giran las rodajas de la espuela
El PASADOR es el anillo labrado con el que se suele adornar la bombilla
en su cuello y que, tanto en el Norte uruguayo como en el Sur de Brasil
es construido por el mismo gaucho “con finos tientos” trenzados. De
esta manera, y conociendo todos estos detalles, los versos…
Sos el pasador lindazo
Que trenzo con finos tientos
significan, usando el lenguaje espontáneo y frecuente del gaucho, aproximadamente, algo así como:
“Sos linda porque yo te hago linda”.
De acuerdo con lo que vamos viendo, el estilo literario de Juan
Escayola, alias “Torora”, es muy abundante en tropos, artificio éste que
no aparece en ninguna de las otras estrofas.
Pero además, como si
todo lo dicho fuera poco, la última décima difiere totalmente de las
restantes debido a que fue escrita, o por lo menos recopilada, por una
tercera persona, nada menos que por el payador Juan Pedro López, y
pertenece a la cifra “Para quererte nací”, que fue musicalizada por
Francisco Martino, tal como se puede comprobar en las versiones que
Gardel realizó de esa obra:
Quisiera desparramar
Florcitas en tu camino,
Para que tu pie divino
No se fuera a lastimar.
Yo te quisiera explicar
Pero a explicarte no acierto,
Que tú sos el cielo abierto
Donde quisiera subir
Pa allí quedarme a vivir
Como pampa en el desierto.
Juan Pedro López
Por todo lo comentado, lo único que parece pertenecer a Oscar Orozco no
es otra cosa que un “rejunte” de décimas de varios autores con estilos
literarios muy distintos. En los versos publicados en “El Fogón”,
aparentemente, lo único que podría haber escrito Oscar Orozco es la
tercer décima debido a que las desprolijidades literarias coinciden con
las que fueron publicadas en el almanaque del año 1952 editado por el
“Banco de Seguros del Estado del Uruguay”.
El estudioso Horacio
Loriente, de Montevideo, me hizo llegar un artículo suyo publicado en la
edición del 16 de marzo de 1977 del prestigioso diario “El País” de
Montevideo, donde dice refiriéndose a Oscar Orozco:
“Su
coterráneo Juan Escayola fue motivo de confusión al escribir versos con
el mismo título, que nada tienen que ver con lo que cantó Gardel”.
Esta afirmación, Loriente la hace sin ningún tipo de evaluación,
análisis literario o explicación que justifique tal aseveración.
Parecería ser que no ha percibido las enormes diferencias de estilo
literario, muy propias de las personalidades de cada uno de los autores.
Ésta circunstancia hizo que en uno de mis tantas excursiones por
Uruguay, lo fuera a entrevistar a su casa donde conversamos largamente
sobre estas cosas que estoy exponiendo. Y aunque yo me dirigía a él con
cierta timidez, ya que desde muy joven leía sus interesantísimas
publicaciones, se mostró muy interesado en el tema porque, según él,
nunca nadie había hecho un “estudio tan gramatical” (sic.) del asunto.
La publicación que hizo el “Banco de Seguros del Estado del Uruguay”,
en realidad, consiste en un conjunto de estrofas que Oscar Orozco tomó
en forma parcial del poema de Juan “Torora” y les antepuso dos décimas
suyas para dedicárselas a su novia.
Las diferencias literarias entre las dos primeras décimas y el resto de la obra son enormes.
Tal como se puede observar, no es cuestión de encontrar versos
simplemente sino de analizarlos debidamente y establecer diferencias. Es
algo primario e inocente considerar que tal o cual obra pertenece a
alguien por el mero hecho de que apareció editada con su nombre en
alguna publicación muy antigua.
En definitiva, en el poema
“Retruco”, para entender claramente todo lo comentado, las tres primeras
décimas son las que corresponderían a Oscar Orozco, mientras que las
que se encuentran escritas en mayúsculas pertenecerían a Juan “Torora” y
la última décima es del payador Juan Pedro López (o fue recopilada por
él) que en el año 1900, cuando esto fue publicado en “El fogón, contaba
con 14 años de edad.
Retruco
Casi ni pegué sentada
Cuando bombeando “El Fogón”,
Leí tamaña canción
A “Un Oriental” dedicada.
Y en la trama delicada
De los versos camperazos,
Sentí sonidos de lazos,
Sentí ruidos de caronas,
Armonías de bordonas.
Y chasquidos de chirlazos.
Como creo soy galante
Y paisano de una pieza,
Con la mayor gentileza
Quiero salir adelante.
Ya la brisa murmurante
Le pide mi inspiración,
Que la ayude en la ocasión
Para cantar a la china
A la morocha divina
Que inflama mi corazón.
No me puedo acostumbrar
A estar lejos de ti,
Y a no comer camoatí
De aquel que me solés dar.
Y aura te quiero endilgar
Pa que veas mi fino amor,
Con todo esmero y primor
Como sólo tú mereces,
Todo lo que le pareces
A tu gaucho payador.
SOS EL TIRADOR PLATEAO
QUE A MI CHIRIPÁ SUJETA,
SOS EJE DE MI CARRETA,
SOS TUSE DE MI TOSTAO
SOS EL PAÑUELO BORDAO
SOS MI GACHITO CANTOR,
SOS LA PRENDA MAS MEJOR
DE MI CHAPEAO DE PASEO,
SOS YAPA DE MI SOBEO
Y TRIENZA DE MI ARRIADOR.
SOS LA MATA DE CULANDRILLO
QUE CRECE EN MI MANANTIAL,
SOS VAINA DE MI PUÑAL,
SOS LA PARVA DONDE TRILLO.
SOS ALA DE MI LOMILLO
DE TRABAJO BRASILEÑO,
SOS YESCA DE MI YESQUERO,
SOS PAÑO DE MI BOMBACHA,
SOS POTRANCA CRIADA GUACHA,
POR ESO TANTO TE QUIERO.
SOS EL PIHUELO MACHAZO
DE MIS FUERTES NAZARENAS,
SOS CONSUELO DE MIS PENAS,
SOS ARGOLLA DE MI LAZO.
SOS EL PASADOR LINDAZO
QUE TRENZO CON FINOS TIENTOS,
SOS LOS ALEGRES ACENTOS
QUE A MI GUITARRA QUERIDA,
PA PASAR MEJOR LA VIDA,
ARRANCO EN TRISTES MOMENTOS
Quisiera desparramar
Florcitas en tu camino,
Para que tu pié divino
No se fuera a lastimar
Y te quisiera explicar
Pero a explicarte no acierto,
Que tú sos el cielo abierto
Donde quisiera subir,
Pa allí quedarme a vivir
Como pampa en el desierto.
Quedo debiendo la biografía de Oscar Orozco que irá al inicio de la próxima entrega.
(CONTINUARÁ)
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