El Terceto Gardel-Razzano-Martino
Debe tenerse muy en cuenta que estas “actuaciones” eran vividas por sus protagonistas, más que como una gira artística, como una aventura. Por ello cuando le cuentan a Razzano los pormenores de aquel viaje, éste se anima e integra entusiasmadísimo al conjunto que entonces se convierte en el terceto que había sugerido Enrique Falbi.Después de los ensayos, y antes de largarse a recorrer el interior de
la Provincia de Buenos Aires, los tres jóvenes cantores, debutan en un festival a beneficio que se lleva a cabo en la Casa Suiza, ubicada en la calle Rodríguez Peña N° 254 de la ciudad de Buenos Aires. El conjunto actúa allí con un gran éxito, bajo el rubro “Terceto Nacional Gardel-Martino-Razzano”.
Saúl Salinas
Esa misma noche se hace presente en el festival el cantor y guitarrero cuyano Saúl Salinas apodado “El Víbora”, debido a su penetrante mirada. Había nacido en Trinidad, Provincia de San Juan, en el año 1882 y sus primeras andanzas, antes de venir a Buenos Aires, fueron por las provincias cuyanas (San Juan, Mendoza y San Luis), también La Rioja y, probablemente, Chile.Era conductor de coches de plaza, oficio que abandonaba temporalmente cada vez que realizaba una gira artística. Luego, en su pueblo natal, trabajó atendiendo una casa de venta de discos y finalmente tuvo un café.
A partir de 1910, Saúl Salinas formó dúo con otros cantores, entre ellos: Juan Sarcione, Augusto Di Giuli, Pedro Garay, el mismo Francisco Martino, Juan Raggi, Marambio Catán, Alfredo Gobbi y Emilio Sola.
Carlos Marambio Catán atribuía la afición que tenía Saúl Salinas por el canto a dúo, a la influencia que ejercían por aquella época los, por entonces, muy conocidos dúos mejicanos “Abrego-Picaso” y “Rosales-Robinson” cuyas grabaciones escuchaba cuando se desempeñaba como vendedor de discos en su pueblo natal.
Por razones relacionadas con el negocio del disco, Saúl Salinas se acerca hasta la ciudad de Buenos Aires donde se le presenta la oportunidad de grabar cantando solo o a dúo para el ya famoso sello Columbia Records.
Gardel graba en Columbia
Saúl Salinas había conocido a Carlos Gardel en una reunión de canto y guitarra en el año 1911 y quedó tan impactado por su voz que lo presenta a la empresa Columbia para que grabe sus interpretaciones. De esta forma la “Casa Tagini”, representante de la empresa fonográfica “Columbia Récords” en Buenos Aires, con estudios en la Avenida de Mayo 601 al 611, y con local de venta de aparatos reproductores, cilindros y discos, contrata a Carlos Gardel con exclusividad por cinco años. El contrato es firmado el 2 de abril de 1912, con el compromiso de registrar 15 temas, de los cuales uno quedó sin editar. El mencionado contrato dice textualmente:“Entre Don José Tagini, comerciante de Buenos Aires, por una parte, y el Señor Carlos Gardel, de profesión cantor y escritor de versos y prosas, e improvisador de música, con residencia en Buenos Aires, por la otra, se ha convenido de celebrar el presente contrato, a saber:
1º- El Señor Carlos Gardel cede al Señor José Tagini todos los derechos y acciones sobre las composiciones siguientes, de las cuales es propietario y autor: Pobre flor, La mariposa, Es en vano, Brisas de la tarde, El almohadón, A Mitre, Mi madre querida, Sos mi tirador plateao, Yo se hacer, La mañanita, El prisionero, A mi madre, Me dejaste, Mi china cabrera, y El sueño; declarando en este mismo acto no haber vendido o cedido ningún derecho perteneciente a las piezas arriba mencionadas a ninguna compañía o persona que se ocupe de la explotación de discos o cilindros o demás dispositivos para máquinas que reproduzcan o transmitan los sonidos de la voz humana.
2º- El Señor Gardel se compromete que no actuará ni cantará en su propio nombre ni con el nombre de otro para uso de otras compañías fonográficas, éstas, mientras estén en posesión literarias o músicales durante el término de cinco años contando desde la fecha de este contrato.
3º- Las composiciones a que se refiere en la cláusula primera las cede el Señor Gardel al derecho de su impresión y reproducción de discos, cilindros y otros dispositivos que reproduzcan o trasmitan los sonidos de la voz humana, en esta República o fuera de ella, por el precio de $180.oo moneda nacional curso legal, que recibe en el acto de firmar el presente contrato, entendido que dicho monto de ciento ochenta pesos moneda nacional de curso legal es como única y completa compensación que el Señor Tagini paga, sea por concepto de derechos como autor, apartándose por consiguiente, el Señor Gardel, de todos los derechos que estas composiciones tienen, para su reproducción en máquinas que reproduzcan o trasmitan los sonidos de la voz humana.
4º- Este contrato autoriza al Señor Tagini y sus compradores, a los fabricantes que él autoriza, a hacer de los discos o demás dispositivos que se impresionen, el uso que crea más conveniente, pudiendo dar audiciones públicas, pagas o gratuitas, donde lo crea oportuno; vender y explotar dichos discos o demás dispositivos bajo cualquier marca de comercio que le convenga en su interés, y también se concede al Sr. Tagini el derecho de cambiar título de las piezas y traducirlas en parte o en su totalidad, en cualquier forma.
5º- Queda autorizado, igualmente, el Señor Tagini a solicitar y obtener el registro de las piezas citadas.
Sigue sello Ley de $1.oo, Nº 504006 a nombre de él o del autor, según viera conveniente, por importar esta cesión una referencia completa de derechos de autor en el punto que la Ley respectiva pueda solicitar la anotación de esta cesión en la forma que sea mas conveniente para aprovechar su interés, inclusive el de llevar este documento a escritura pública, como tendrá derecho el Señor Tagini, al solicitar y obtener el registro legal de dichas piezas depositando el original que se entrega en este acto, debidamente firmado, o el mismo disco o dispositivo que juzgue conveniente. Además el Señor Gardel se hará responsable de cualquier caso legal que pueda sobrevenir. Para constancia, se firman dos ejemplares de un mismo tenor y a un solo efecto en Buenos Aires, el día 2 de abril de 1912”.
Es muy posible que estas 15 grabaciones se hayan realizado en abril de 1912 e incluso en el mismo día 2 en que se firmó el contrato en el que, según se puede observar, todavía en el año 1912, el cantor carecía de documentos personales, ya que los únicos datos de identificación que allí se hallan son:
“Carlos Gardel, de profesión actor nacional, escritor de versos y prosa, improvisador de música popular (con residencia en Buenos Aires)”.
Como vemos, no se determina un domicilio y ello estaría indicando que el cantor no vivía con doña Berta.
En efecto, Gardel por esta época dormía en casa de sus amigos y compinches de aventuras. Los más habituales eran dos: Benito Bianquet, el que fuera luego famoso bailarín de tangos a quien su madre, desde muy niño, le puso por apodo “El Cachafaz”, vocablo de origen italiano que se aplicaba a las personas pícaras, traviesas y desenfadadas; el segundo compañero de aventuras, por esa época, era conocido como “El Flaco”, que en realidad se llamaba Alfredo Carozzi y del que no se tienen demasiadas noticias.
Volviendo a las grabaciones realizadas en el sello Columbia resulta interesante destacar el simple hecho de que si durante los cinco años establecidos en el contrato no hubo otro convenio con la misma empresa, anulando o reformando el contrato anterior para grabar mas discos, es porque en realidad aquellas grabaciones no tuvieron el éxito esperado, muy por el contrario, nos habla bien a las claras del fracaso comercial que tuvieron.
Lo más probable es que los mencionados discos no despertaron el interés del público debido a la notable pobreza en el acompañamiento musical, pues Gardel no dominaba la guitarra lo suficiente como para estar a la altura de su arte y la guitarra era algo tan importante por aquellos años que no era tolerable que un “cantor nativo” (como se llamaba por entonces a los folcloristas) tuviera un acompañamiento tan pobre.
Estas placas discográficas aparecieron a la venta en Buenos Aires, recién durante el mes de marzo de 1913, según lo anunciaba la popular revista Fray Mocho en la edición correspondiente al mencionado mes.
Resulta en extremo curioso que en aquel anuncio apareciera Carlos Gardel (con su fotografía), que recién se iniciaba, al lado de artistas veteranos como Arturo Mathon y José Betinotti.
(CONTINUARÁ)
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