viernes, 30 de octubre de 2015

Dúo Gardel-Razzano. Primeras grabaciones para Max Glücksmann (1917)

XXXVIII- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA


MAX GLÜCKSMANN


Nació en 1875 en Czernowitz, Austria. En 1890, con 15 años de edad, arrojó un tintero a la cabeza de un profesor que había manifestado estar de acuerdo con
la persecución a los judíos. Antes que nadie pudiera reaccionar de tamaña sorpresa, Max se retiró de la escuela y tras vagabundear durante varios días decidió embarcarse como polizón hacia América.
En plena travesía marítima, se relaciona con otro joven que también viaja como polizón. Ambos viven a bordo muchas aventuras y experiencias para conseguir alimentos sin ser descubiertos. Finalmente llegan a destino. Desembarcan en el puerto de Buenos Aires a escondidas, solos, sin medios para subsistir y sin conocer absolutamente nada de la nueva ciudad. Comienzan a andar sin rumbo por las calles de la Capital argentina en momentos en que había estallado la Revolución de 1890. A lo lejos se escuchan muchos disparos de armas de fuego; pero los jóvenes sin imaginar nada de lo que está ocurriendo continúan internándose por la ciudad en aquella fría madrugada del 26 de julio de 1890.
Ambos caminan despreocupadamente cuando, de pronto, un tiro da en el cuerpo de uno de ellos y cae muerto al lado de su amigo. Max Glücksmann escapa y se oculta en una casa a esperar que calmen los acontecimientos. Sin nada de dinero, se arriesga finalmente a salir por las calles en busca de comida, amparo y abrigo. Consigue afincarse en una miserable piecita, ubicada en el fondo de un conventillo, con la promesa de pagar el alquiler ni bien consiga trabajo.

EL DISCO “NACIONAL”


Después de un tiempo en el que se desempeñó en varios empleos, Max Glücksmann entró a trabajar como cadete en la Casa Lepage, dedicada a la venta de grabaciones fonográficas y fonógrafos.
Al cabo de tres años, Max se había ganado ya la confianza del dueño, Don Enrique Lepage, que parte hacia Europa dejando el negocio a cargo del joven quien amplía el ramo al presentársele la oportunidad de comprar máquinas para grabar discos e instala una pequeña empresa grabadora. Nace así el “Disco Nacional”, que sale a competir en el mercado tras contratar varios artistas jóvenes, entre ellos, Roberto Firpo, Francisco Canaro y el Dúo Gardel-Razzano.
El rudimentario y primitivo estudio de grabaciones, Max Glücksmann lo instala durante el mes de febrero de 1917, en la calle Cangallo Nº 1728. Allí, el ya popular Dúo Gardel-Razzano, y su guitarrista José Ricardo, el 9 de abril inicia el registro de las canciones de su repertorio. Gardel permanecerá grabando en ese sello, desde la fecha indicada hasta el 6 de noviembre de 1933 en que realiza sus últimos registros para esa empresa grabadora...
Al comienzo, las grabaciones realizadas se enviaban a Brasil donde eran procesadas: se fabricaba la matriz y luego la cantidad de discos que la empresa de Max Glücksmann solicitaba. A partir de 1919 comienza a llevarse a cabo todo este proceso en Argentina.
Durante los primeros años, no se anotaron las fechas en que se fue-ron haciendo las grabaciones. Recién en el año 1925 comienzan a aparecer los primeros registros de las fechas, que corresponden a grabaciones realizadas en España, y hacia fines de 1926 se gene-raliza el registro de las fechas de grabación.
Esto significa que durante los primeros tiempos lo único seguro es el año en que se efectuó cada grabación, y esto gracias a las investigaciones realizadas por el estudioso uruguayo Boris Puga. A pesar de todo, la cronología de los registros realizados es exacta gracias al número de matriz que, en los discos originales de 78 r.p.m. venía impreso, generalmente, en bajo relieve sobre el espacio sin grabar que queda entre el final del surco y la etiqueta. Estos números, ordenados en forma creciente, siguen el orden cronológico en que fueron realizadas todas las grabaciones de un mismo sello.
En el sello “Nacional”, cuando los registros fueron realizados en España, el número de matriz va precedido por las letras So. Así, la primer grabación que Gardel hizo en España lleva el número de matriz So 3815 y corresponde al tango “Echaste buena”. Cuando los registros fueron realizados en Francia, el número de la matriz va precedido por las letras Ki. De esta forma, la primer grabación que Gardel realizó en París lleva el número de matriz Ki 1845 y corresponde al tango “Resignate hermano”. Son éstas las consideraciones básicas para establecer el orden cronológico de la discografía de Carlos Gardel. Más adelante aparecerán algunas otras cuestiones que iremos aclarando debidamente.

LAS PRIMERAS GRABACIONES EN EL DISCO “NACIONAL”


El día 9 de abril de 1917, pasados ya los cinco años del contrato que Gardel firmó el 2 de abril de 1912 con el sello Columbia, que no le permitía realizar grabaciones en otros sellos, el Dúo Gardel-Razzano firma con la nueva empresa grabadora creada por Max Glücksmann bajo el nombre “Disco Nacional”, un nuevo contrato que abre una nueva etapa en la carrera artística del cantor.
Posiblemente la actividad discográfica del dúo comenzó el mismo día 9 de abril, pues era común, por entonces, iniciar los trabajos el mismo día en que se firmaba un contrato. Así, todo indicaría que en esa fecha, Gardel, Razzano y el guitarrista José Ricardo, llevan a cabo las primeras grabaciones en el sello de Max Glücksman-

CANTAR ETERNO


La primer grabación registrada por el Dúo Gardel-Razzano correspode a la canción “Cantar eterno” que ha sido recopilada por Ángel Villoldo (1861-1919). En este registro como en todos los que interviene el Dúo Gardel-Razzano, el acompañamiento de guitarras está a cargo de José Ricardo en los punteos y de ambos cantores en los rasgueos.
“Cantar eterno” es originariamente una tonada chilena del siglo XVIII que también integra el folclore cuyano en Argentina. Esta canción posee dos títulos y se canta con dos melodías diferentes: una conocida como “Ámame mucho” y otra la grabada por el Dúo Gardel-Razzano titulada “Cantar eterno”.
También se entonan otras coplas con estas melodías, una de ellas recopilada por Jorge Urrutia Blondel en “Canciones y Danzas campesinas de Chile” bajo el título “Cantar eterno”.

JORGE URRUTIA BLONDEL nació en el año 1905 y fue uno de los mas importantes, compositores y estudiosos de Chile con fuerte carácter nacionalista. Perfeccionó sus estudios primero en París bajo la guía de Nadia Boulanger (1887-1979) y luego en Berlín con Paul Hindemith (1895-1963). Murió en 1981.
JOSÉ ANDRÉ (1881-1944), en 1915, fundó la Sociedad Nacional de Música. Este importante compositor y crítico musical argentino, que nació y murió en Buenos Aires, también recopiló esta obra con igual música, pero bajo el titulo “Ámame mucho”. Tanto el chileno como el argentino recopilaron la misma melodía: el chileno la tituló “Cantar eterno” y el argentino, “Ámame mucho”. La otra melodía la recopiló Ángel Villoldo con el mismo título que utilizó el músico chileno: “Cantar eterno”. Una de las letras con que frecuentemente se cantaba la recopilación de Ángel Villoldo hasta bien iniciado el siglo XX, fue recogida por Francisco Martino y estos versos tienen la particularidad de que podían ser entonados con cualquiera de las dos melodías repitiendo uno de sus versos, el tercero de cada estrofa, y agregando a continuación la expresión “Ay si... Ay no...”: Esta otra versión, titulada “Ámame mucho”, en 1922, también fue llevada al disco por el Dúo Gardel-Razzano según la recopilación que hiciera Francisco Martino, y cuando lleguemos al momento en que es registrada esta obra, haremos otros comentarios al respecto.

EL CANTO DEL CISNE


Desde muy antiguo, en la cultura popular, se ha establecido la leyenda, según la cual, el cisne canta cuando presiente su propia muerte. Poetas como Virgilio (70-19 AC) en el siglo primero antes de Cristo y Marcial (40-104) en el siglo primero después de Cristo han contribuido enormemente a mantener a través de la historia esta falsa creencia a través de sus obras poéticas.
Pero la realidad es muy otra; el cisne no canta, sólo produce un sonido bastante desagradable que personalmente he tenido oportunidad de apreciarlo, hace ya muchos años, hallándome en Carmelo (Uruguay) en las proximidades del casino donde me detuve a contemplar a varios cisnes a través de una cerca de alambre cuando de pronto uno de ellos elevó su cabeza lo más que pudo, y con el cuello estirado verticalmente exhaló una especie de ronquido que nada tiene ver con el canto de las aves. Sonó con tal gravedad que levemente me recordó el sonido de los barcos a vapor cuando están por partir.
Ese casual testimonio fue lo que me llevó a indagar acerca del famoso canto del cisne que aquí comento. Con esta falsa creencia, la expresión “canto del cisne” ha sido utilizada en forma figurada cuando se habla, por ejemplo, de la última obra de un autor. Pero “Cantar eterno” no fue, como generalmente se suele creer, la obra póstuma de Ángel Villoldo; un año más tarde publicó “Mentira”, con letra de Luis Roldán, y el fox-trot “Atlántida”.
Creer que el cisne canta, aunque sólo sea cuando muere, es una legendaria creencia popular instalada hace ya más de 23 siglos.
(CONTINUARÁ)

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