lunes, 20 de abril de 2015

LOS ORÍGENES DE CARLOS GARDEL. Capítulo III.

 El presidente de la Nación visita Tacuarembó

En 1885 el Jefe Político de Tacuarembó, Carlos Escayola, invita al presidente de la República Oriental del Uruguay, general Máximo Santos, para que visite el Departamento a su cargo. Según los relatos efectuados por el historiador tacuaremboense Ramón González, que por aquel tiempo era un niño, la llegada a San Fructuoso del presidente de la Nación, que por otra parte era amigo personal de Escayola, produjo una gran conmoción entre los pobladores. Por la noche, se realizó una gran fiesta a puertas cerradas en “La Rosada”, uno de los dos lujosos cabarets de Villa San Fructuoso, propiedad de Carlos Escayola, donde se solían organizar reuniones y festejos a los que concurrían muchos caballeros de la clase alta de la región, luciendo sus levitas y lustrosas galeras de alta copa.

Cierre de la Compañía del Oro

En 1885, después de muchas gestiones y cabildeos, ante la casi repentina merma en la producción de oro, se provoca un grande y serio desconcierto entre los ejecutivos de la Compañía Francesa del Oro quienes ante tal circunstancia deciden finalmente suspender las actividades.
El fracaso de la empresa, cuyos directivos bajo ningún punto de vista esperaban un período de tiempo tan reducido en la producción del metal precioso, provocó serios y graves enfrentamientos entre los componentes de la planta directiva que terminaron en graves conflictos y pleitos en los tribunales de París; uno de los ejecutivos, Mister Chanlier, que fue condenado a prisión... acabó suicidándose.
Ya sobre el final de 1885, Villa San Fructuoso comienza a recuperar su habitual calma pueblerina y, aunque los trabajos fueron luego parcialmente reactivados por el técnico Samuel Fraser Owen con maquinarias mucho más modernas y efectivas, traídas de los Estados Unidos, ya nunca más se pudo restablecer la febril tarea minera y, en consecuencia, el ingeniero L’Olivier no mostró ningún interés por retornar a esas actividades.

La amistad de Gardel con Leguisamo y su madre

En tanto, aquel niño nacido en Valle Edén, que cuenta ya con dos años de edad aproximadamente, continúa a cargo de Manuela Casco, lavandera de la estancia “Santa Blanca”.
El cantor, ya famoso, no olvidó nunca a doña Manuela Casco a quien le hacía llegar dinero, como un acto de generosa gratitud, por su dedicación para con él en los primeros años de su vida. Al respecto, el periodista Erasmo Silva Cabrera dijo:
“No puedo omitir la confidencia que me hiciera inadvertidamente la señora Blanca Alonso. No hablábamos de Gardel; el tema era los tiempos de nuestra infancia, los recuerdos de nuestros padres.
Recordó que el suyo se llamaba Jacinto Alonso, que había nacido en San Gregorio de Polanco y que durante muchos años fue dueño de un almacén de ramos generales en la estación Pampa del Departamento de Tacuarembó, que aún persiste. Por allí (rememoró) solía pasar Irineo Leguisamo, portador de los dineros que Gardel le enviaba regularmente a una viejecita del lugar. (...) Su padre siempre comentaba la generosidad de Gardel para con quien -según se decía- lo había criado o tal vez fuera su madre”.
Ya hemos comentado que Gardel conoció a Leguisamo y a su madre al mismo tiempo cuando el futuro jockey era un niño muy pequeño. Según el investigador Silva Cabrera a partir de ese día nació una gran amistad entre los tres y a través de las conversaciones que este periodista mantuvo con la mamá del luego famoso jinete, había existido una gran comunicación. No me constan las conversaciones o diálogos entre el mencionado reportero y la mamá de Irineo, pero me llama mucho la atención el hecho de que Silva Cabrera llegara a creer que Leguisamo era hijo de Carlos Gardel, conclusión que hizo pública en uno de sus libros.
El jockey se solía enojar mucho con su madre a raíz de los comentarios que ésta hacía dando lugar a pensar, o al menos sospechar, que la relación entre Gardel y ella iba más allá de una profunda amistad.
Es muy posible que ante esta circunstancia Leguisamo, cuando tras la muerte de Gardel era reporteado, declarara siempre que conoció al cantor en un hipódromo al poco tiempo de iniciar su carrera en el turf.

El coronel Escayola

Durante el gobierno de Máximo Santos (1882-1886), gobierno ejercido despóticamente contra los opositores, abundaron los asesinatos, las torturas y las proscripciones a punto tal que estallaron varios motines y levantamientos subversivos que finalmente culminaron con la revuelta de “El Quebracho” (sobre el arroyo del mismo nombre en el Departamento de Paysandú), brutalmente sofocada el 31 de marzo de 1886.
Pocos días antes, el 5 de marzo, por designación de Máximo Santos, Escayola recibió el rango militar de coronel. El Presidente le pagaba así a su amigo, que no tenía rango de ninguna clase, ni era tampoco militar, el apoyo que siempre le había brindado. De manera que, además de ser el Jefe de Policía de Tacuarembó (debido al cargo de Jefe Político que ejerce desde hace 10 años), Escayola comienza a tener también cierta influencia dentro de las instituciones militares. Ahora, con el cargo de coronel, se muestra mucho más duro, autoritario e inflexible y dueño de vidas y bienes, como los señores feudales de la antigüedad.
De inmediato, puso al frente del diario “El Heraldo” a Clelio Oliva, su cuñado, para que lo defienda de los ataques del diario “El Comercio” exaltando sus gestiones como gobernante del Departamento de Tacuarembó.
En septiembre de 1886, son apresados dos enemigos de Escayola, los hermanos Royano, que fueron víctimas de una maquinación preparada por el propio Coronel para eliminarlos: dejó que los Royano escaparan y luego, aplicando lo que por entonces se conocía como la “Ley de Fuga”, son perseguidos y baleados, provocando una gran conmoción en Villa San Fructuoso.
Atentado contra Santos
Las denuncias que desde la oposición se fueron haciendo, dieron lugar a que el Juez letrado, Sr. Loriente, abriera un nuevo expediente condenando la corrupción, el poder sin límites y las injusticias. Expedientes que, por influencia de Santos, caían en el olvido si es que no desaparecían.
El 17 de agosto de 1886, el general Santos, es invitado a una función de gala, en el Teatro Cibils de la ciudad de Montevideo, por la soprano italiana Eva Tetrazzini (1862-1938) que protagonizaba la ópera “La Gioconda”. Cuando Santos va a ingresar al teatro, el teniente Gregorio Ortiz le disparó un tiro a quemarropa, destrozándole el rostro al Presidente, aunque salvó su vida. Ortiz intentó huir a pie pero, a las pocas cuadras, ante la evidencia de que iba a ser alcanzado, se suicidó pegándose un tiro en la cabeza.
Tres meses más tarde, el 18 de noviembre, el Presidente Santos presenta su renuncia y diez días después, el 28, se embarca rumbo a Europa con el propósito de atender su grave estado de salud.
El alejamiento de Santos, deja al coronel Escayola sin respaldo.
A partir de entonces, el extenso período militar padecido por la República Oriental del Uruguay, tras largos años de penurias por las dictaduras militares, va llegando a su fin debido, fundamentalmente, al lógico desgaste que sufre toda organización dedicada a algo que no es lo específico para su existencia. Así lo alcanza a entender el sucesor de Santos, general Máximo Tajes (1852-1912), quien en forma gradual comienza a reducir el autoritarismo reinante para dar lugar a la intervención de los partidos políticos que, a partir de marzo de 1890, iniciarán una larga sucesión de gobiernos civiles.
Durante el gobierno de Máximo Tajes fueron reanudadas las varias veces interrumpidas investigaciones sobre autoritarismo y corrupción consiguiendo el Juez reunir una gran cantidad de pruebas y testimonios que le permitieron volver a retomar el proceso contra Carlos Escayola.
El expediente había sido “cajoneado” por el general Máximo Santos y, habiéndose verificado gravísimas irregularidades, el presidente Tajes decide la separación del coronel Carlos Escayola de los cargos de Jefe Político y Jefe de Policía del Departamento de Tacuarembó en enero de 1889.

Mateo Parisí

En 1886 contrae enlace Clarita, la hija mayor del coronel Carlos Escayola y de su primer esposa, Clara Oliva.
Durante los festejos de la boda con Julio Netto, hijo de Elodina Escayola (por entonces, el casamiento entre primos, en las clases altas, era cosa muy frecuente), aprovechando la misma velada, se celebra también el compromiso nupcial entre Amabilia (hermana de la anterior) y el abogado Mateo Parisí (1855-1937).
A partir de entonces, este abogado uruguayo y descendiente de una familia de origen francés, se encargará de todos los asuntos legales de la familia.

Fallece Blanca Oliva

Ya por entonces, había comenzaba a decaer muy notablemente la salud de Blanca Oliva quien, a pesar de los cuidados que le prodigaban, envejecía prematuramente y en forma cada vez más acelerada. Finalmente, el 31 de diciembre de 1886, tras una penosa agonía Blanca fallece quedando, Escayola, viudo por segunda vez.
Blanca Oliva, al morir, contaba con 37 años de edad y dejaba seis hijos: Natalia (nacida en 1874), María (en 1875), Héctor (en 1877), Blanca (en 1878), Oscar (en 1881) y Washington (en 1883). Este último era el ahijado del general Máximo Santos.

Manuela Casco

Desde el mismo día de su nacimiento, por disposición de Carlos Escayola, “Carlitos” estuvo en manos de Manuela Casco, la lavandera de la estancia “Santa Blanca”, para que lo cuide.
El niño crecía cada vez más apegado a su cuidadora que era a su vez amiga de María Lelia y la mantenía al tanto de la evolución de su hijo. Escayola, por su parte, no veía bien la conexión existente entre madre e hijo a través de la cuidadora y por tal motivo, en 1886, dispone que el niño pase a manos de Berta, planchadora de la estancia, que siempre fue rechazada por María Lelia, rechazo que le aseguraba al Coronel la rotura del vínculo entre madre e hijo.
Es importante destacar que ninguno de los integrantes de la familia Escayola-Oliva, se hallaba dispuesto a reconocer, como solía ser habitual por esa época, a aquel niño como a un miembro más de dicha familia. La aceptación, según los prejuicios de entonces, sería involucrarse en el vergonzoso escándalo que con tanta preocupación trataban de ocultar. Ninguno se interesaba por lo que pudiera sentir María Lelia. Para todos, ella nunca había parido.
Aquellos primeros años de vida fueron para “Carlitos”, por su relación con Manuela Casco, de afirmación afectiva, pero esta unión fue rota en forma abrupta. Y esto se manifestó en Gardel, ya adulto, a través de una personalidad con profundos períodos de tristeza y angustia según las declaraciones de aquellos que lo conocieron bien de cerca.
La vida sentimental del cantor revela la búsqueda incesante de una mujer (la madre perdida) sin poder entablar una relación verdadera y definitiva. Todas sus relaciones tenían un solo fin, el desahogo sexual. De ahí en más se hacía evidente su “incapacidad de entrega” para amar verdaderamente.

  Carlos Escayola decide retirar al niño de la estancia “Santa Blanca” y traerlo con Berta al pueblo debido a que nadie, de su círculo familiar, quería pisar la estancia. “Carlitos” sale de “Santa Blanca” pero, junto con él, va Manuela Casco, que ya no quería desprenderse del niño y el niño tampoco de su tutora. Ante tal circunstancia Escayola opta por alojar a Manuela y al niño en una casa de piedra que les alquila ubicada en las calles Artigas y Zabala, de Villa San Fructuoso.
Poco tiempo después, Berta también abandona la estancia y se radica en una casa que le alquila Carlos Escayola, ubicada entre las calles 25 de agosto y Trentaitrés, en la zona céntrica de San Fructuoso y no repara en gastos.

Berta no maneja dinero, pero tiene cuentas corrientes en varios negocios para comprar todo aquello que necesite. Así lo testimonió el señor Joaquín Diego Roca quien, después de la tragedia de Medellín, cuando aún nadie decía que Gardel era francés, comentó que… “Hasta hacía muy pocos años se había conservado en el almacén de su padre la libreta de aquella mujer, costeada por Escayola”.

El padre de Joaquín Diego Roca estaba asociado a otro notable comerciante de Tacuarembó, el señor Roura, y el comercio que ambos explotaban era conocido como “Almacén Roca-Roura”.
Berta Gardes comienza a trabajar en el cabaret “La Rosada” donde, desde un comienzo las relaciones entre ella y Minina Flor son de suma tensión.

Minina le encomienda a Berta la tarea de planchadora y no le permite el trato directo con el público. Sin embargo Berta logra su propósito y ese mismo año pasa a integrar el plantel del personal femenino a cargo de los invitados. Para ello tuvo que negociar con Escayola el hacerse cargo de la tutoría de “Carlitos”.

Para esta época, los “amores” entre Berta y el coronel Escayola son comentados por todo Villa San Fructuoso y éste le contrata a Berta una sirvienta para que cuide al niño durante las horas en que ella, por las noches, trabaja en el cabaret.

“CARLITOS”

En el año 1887, el coronel Carlos Escayola adquiere una nueva estancia a la que bautiza con el nombre de su primer esposa, “Santa Clara”.
Recordemos que “Carlitos”, el hijo adulterino del Coronel y María Lelia había nacido en la “Santa Blanca”; recordemos también que María Lelia, a esta altura de los acontecimientos, cuenta ya con 18 años de edad y que el nacimiento de este niño, que ya tiene alrededor de cuatro años, no ha sido anotado en el Registro Civil.
Al mencionado niño, por el simple hecho de ser el hijo del coronel Carlos Escayola (aunque nadie se anima a hablar abiertamente sobre el espinoso asunto), todos aquellos que conocen los pormenores de su origen, lo llaman “Carlitos”.

BENITO RECANATTI

Ese año (1887), Escayola se pone en contacto con el escultor Italiano Benito Recanatti con el fin de encargarle un busto con la imagen de su segunda esposa. El mencionado escultor, una vez terminada la obra, habrá de viajar desde Italia al Uruguay para entregarlo personalmente y supervisar además su colocación ya que el Coronel ha dado la autorización para que se levante el panteón que aún hoy se encuentra próximo a la entrada del cementerio de Tacuarembó.
Tras la travesía marítima, Benito Recanatti toma el tren en Montevideo hasta el final del recorrido, que por entonces era Paso de los Toros, y desde allí, viaja en sopanda hasta Villa San Fructuoso.
LAS PROPIEDADES DEL CORONEL
La estancia “Santa Clara” (y algunas veces también la “Santa Blanca”), es usada por Escayola como lugar de reclusión clandestina de sus enemigos políticos. Estas dos estancias son inversiones efectuadas con el creciente capital logrado, mientras acumula poder en sus funciones públicas. Incluso, recordemos que también es de su propiedad el famoso cabaret, instalado en Tacuarembó, dotado de escenario, pista de baile, sala de juegos y prostíbulo, conocido como “La Rosada”, donde los franceses que trabajaban en la “Compañía Francesa del Oro del Uruguay”, y otros aventureros que llegaban en busca de riquezas, tenían su reducto de diversiones nocturnas.
En la “Santa Blanca”, que era la estancia más visitada por Escayola, se organizaban grandes festejos con fines políticos y electoralistas.
Ramón González (1875-1961), importante escritor, historiador y periodista uruguayo, oriundo de Tacuarembó (uno de sus libros de textos se usó durante años en las escuelas de Tacuarembó) le comentó al periodista Erasmo Silva Cabrera sobre el coronel Escayola:
“Al igual que toda la familia (hermanos, hijos y sobrinos), era un entusiasta de la guitarra y, en la estancia, en rueda de pericones y gatos que organizaba con los peones, cantaba versitos con mucho gracejo acompañándose siempre con su guitarra”.

LA DOCUMENTACIÓN DE GARDEL

Es importante destacar que 1887 es el año que Gardel adoptará en toda su documentación legal (y tramitaciones, y compromisos formales) como año de su nacimiento a partir del 8 de octubre de 1920 cuando obtenga su “Registro de Nacionalidad Uruguaya” (expediente Nº 10.052) en que ha de expresar al amparo de su libre voluntad, y personalmente, su origen uruguayo en total acuerdo con la Ley de Organización Consular del 21 de mayo de 1906 y su reglamentación del 17 de enero de 1917.
Observando el mencionado documento, se puede comprobar que el cantor no sólo expresó su condición de ciudadano uruguayo sino también ser hijo de Carlos, uruguayo, fallecido, lo que para entonces (1920) era cierto, y de María, de la misma nacionalidad y fallecida, lo que también era real. Al no contar con la Partida de Nacimiento u otros documentos que prueben fehacientemente su identidad, su declaración debió ser avalada por dos testigos uruguayos, éstos fueron Juan Laguisquet (un funcionario policial) y José Razzano (por entonces compañero del Dúo Gardel-Razzano).
Es en esta circunstancia que el cantor aprovecha para quitarse algunos años aunque, él mismo, nunca supiera exactamente cuantos. Uno de los testigos, José Razzano, que siempre afirmó que Gardel era uruguayo, luego de la muerte del cantor, tras largas y reñidas disputas con Armando Defino, comenzó a decir que Gardel era francés.

Iguales datos acerca de su nacionalidad uruguaya figuran cuando el 13 de diciembre de 1932, por intermedio del Consulado Argentino en Niza (Francia), Carlos Gardel obtiene el pasaporte N° 02421, último documento tramitado en vida por el cantor y hallado con quemaduras entre sus ropas. En el mencionado documento se puede leer:

“Apellido y nombre del portador: Carlos Gardel. Nacionalidad: Argentina, naturalizado. Nacido en Tacuarembó. Uruguay. Día: 11 de diciembre de 1887. Domiciliado actualmente en Niza”.

En la hoja siguiente, aparecen la fotografía y la firma del cantor. Éstos, y otros documentos, sin explicación alguna, fueron tasados como falsos por quienes quieren a toda costa que Gardel sea francés. Sin embargo, hasta el día de hoy, el Estado Argentino no halló motivo para considerarlos ilegales. Esto significa que la Nación Argentina por un lado, al no haber hecho nunca objeción alguna, reconoce como legal la documentación del cantor y por otro lado acepta la naciónalidad francesa declarada en un testamento, a todas luces fraudulento, presentado por Armando Defino. Con esta dualidad, mí país (Argentina) pone en evidencia el fraude cometido contra el fisco con el fin de que la herencia vacante de Carlos Gardel quede en manos de la mujer que lo recogió en su infancia haciéndolo pasar por el verdadero y desaparecido hijo de ésta: Charles Romuald Gardes. Pero nadie vaya a creer que Armando Defino se arriesgó a realizar esta operación de bondadoso que era… para que la vieja no quede en banda… no. Entre ambos arreglaron, mediante un testamento, que Defino sería el heredero de todos los bienes de la vieja cuando ella muriera.

Por más que los medios de información continúen, aún hoy, batiendo el parche de la fraudulenta nacionalidad francesa de Carlos Gardel, nuestro país cometió la torpeza de aceptar dos identidades para una misma persona durante el corrupto gobierno del general Justo.

1887

El 15 de julio de 1984, para el periódico “Tiempo Argentino”, en un reportaje realizado por Osvaldo Ardizzone, Isabel del Valle declaró que tenía 14 años cuando conoció a Gardel agregando: “Me llevaba 20 años justitos”.
Si tenemos en cuenta que Isabel nació en 1907, es fácil deducir que se conocieron en 1921; que Gardel, 20 años mayor, tenía 34 años y, en consecuencia, el año de nacimiento del cantor, era el mismo que estableció en toda su documentación: 1887. Esto coincide con una carta que Carlos Gardel le escribió a José Razzano desde España, en la que le pedía que hablara con Isabel para terminar con la relación sentimental que los unía porque él no se animaba a encarar la situación:
“En tocante a Isabel, vos tenés que arreglar este asunto en cualquier forma. Vos habrás hablado con mi vieja y seguramente comprenderás que no puede ser. Primero está la voluntad de mi mamá pues como comprenderás soy su único hijo y por lo tanto su consuelo y compañero y en cambio ella tiene su familia, es joven y tiene mucho porvenir, en cambio yo voy a cumplir 40 años y además yo tengo espíritu de dar vueltas todavía y que, en esta forma, no le resulto y por lo que es más serio, que a mi vieja no le gusta su modo de ser, que vos mismo se lo harás comprender”.
Aunque la carta (como es habitual en la correspondencia de Carlos Gardel) no ha sido fechada, se sabe, de todas maneras que corresponde al 11 de noviembre de 1927 porque en otro pasaje de la misma, el cantor hace el siguiente comentario:
“Te escribo a dos días de mi debut en Barcelona”, debut que se produjo el 13 de noviembre de 1927.
Si a fines de ese año Gardel dice “voy a cumplir 40 años”, es porque tomó como referencia el año 1887, que hizo figurar en toda su documentación, como año de su nacimiento.
Máximo Sáenz fue un escritor y periodista uruguayo muy popular en Argentina y Uruguay en la década de 1920, sobre todo escribiendo crónicas hípicas costumbristas bajo el seudónimo de Last Reason en el diario Crítica y en la revista El Gráfico, ambas publicaciones de Buenos Aires y muy difundidas en Argentina.
Este periodista ha dejado un testimonio interesante que determina a 1887 como el año de nacimiento del cantor. Efectivamente, a menos de veinte días de la muerte del cantor, para la por entonces muy importante y difundida revista (ya desaparecida) “Leoplán” de Buenos Aires, en su edición correspondiente al día 10 de julio de 1935, comentó:
“Un día, hace ya cinco años (es decir, en 1930), en una fiesta de amigos, le pregunté (la edad). 43... sin grupo... Me estoy haciendo viejo”, fue la respuesta dada por Gardel que, como siempre se supo, vivía permanentemente preocupado por su aspecto físico y por su edad.
En la edición del 20 de julio de 1936 de la revista “Novela” (ya desaparecida), José Razzano, el compañero del memorable dúo con Gardel, le manifiesta al periodista que fue a entrevistarlo con motivo del primer aniversario del accidente de Medellín, refiriéndose a la edad del gran cantor:
“A propósito de su edad debo advertirle a usted, contra lo que actualmente se dice, que Gardel nació el 11 de diciembre de 1887 y que era 10 meses menor que yo”.
Hay muchos otros testimonios que lo dan al cantor como nacido en 1887. Para no extendernos demasiado, vamos a mencionar sólo algunos de los más claros e importantes por tratarse de testimonios brindados por gente que conoció y trató muy de cerca al cantor.
Así, por ejemplo, el maestro director Terig Tucci (1897-1973), que acompañó a Carlos Gardel al frente de su orquesta en todas las películas y grabaciones llevadas a cabo en la ciudad de Nueva York durante los años 1934 y comienzos de 1935, en su libro titulado “Gardel en Nueva York”, dice: “En 1935 Gardel tenía, según él mismo, 48 años de edad”.
La misma referencia al ya mencionado año 1887 se puede apreciar en la popular revista “Antena”, en su edición correspondiente al 18 de marzo de 1933, donde, en un reportaje que se le hizo al cantor, éste declara:
“Tengo 45 años. Así pues, me encuentro en la mejor edad ya que ella es la que señala la plenitud de las facultades artísticas”.
Por otra parte su colega y amigo, el cantor Ignacio Corsini, que había nacido en el año 1891, declaró que Carlos Gardel, en una oportunidad en que se hallaban conversando acerca de las edades, le dijo textualmente: “Soy cuatro años mayor que vos” con lo que nuevamente, como es fácil deducir, surgió la referencia, por parte de Gardel, al año 1887, es decir, al año que legalmente había adoptado como año de su nacimiento.
Existe otro documento de cierta importancia que Gardel obtuvo en París el 16 de marzo de 1931 para poder cantar en Francia pues, sin esa autorización (que es conocida como Carta Lavable), al ser extranjero, no podía trabajar en aquel país.
En el mencionado documento, el cantor declara ser uruguayo, nacido en Tacuarembó, el 11 de diciembre de 1887, e hijo de Carlos, nacido en Salto, Uruguay, lo cual no es cierto porque Carlos Escayola, según hemos comentado oportunamente, era oriundo de Montevideo; no obstante, esta referencia podría ser considerada como un error del cantor.
Lo que no se puede considerar un error es que haya declarado además ser hijo de María Martínez, nacida en Mendoza. Este insólito dato motivó una infructuosa búsqueda por la ciudad de Mendoza entre los descendientes de las María Martínez de aquella época por parte del investigador Erasmo Silva Cabrera, con la finalidad de disipar las dudas a que pudiera dar lugar pues, aunque se desconocen los motivos que el cantor pudo haber tenido para dar lugar a la declaración de ese nombre, todo hacía suponer, naturalmente, que había falseado el nombre materno y en lugar de declarar María Oliva nacida en Tacuarembó expresó María Martínez nacida en Mendoza.

ESCAYOLA EN BUSCA DE SU TERCER MATRIMONIO

En 1888, el coronel Carlos Escayola, viudo por segunda vez desde el año 1886, decide contraer enlace en terceras nupcias. Su nueva esposa habrá de ser María Lelia Oliva, la menor de las hermanas Oliva, aquella con la que, alrededor del año 1883, según ya hemos relatado ampliamente, Escayola había tenido aquel niño cuyo nacimiento nunca fue denunciado. Aquel hijo adulterino, para cuando Carlos Escayola decide contraer enlace por tercera vez, contaba ya con alrededor de cinco años de edad.
La Iglesia Católica, que poseía un gran predicamento sobre las costumbres y tradiciones de aquella época, no permitía la unión matrimonial entre personas emparentadas no sólo biológicamente, sino también vinculadas espiritualmente. Por este motivo, cuando se presentaba un caso con tales características, era cosa indispensable tramitar, y obtener, un permiso especial por parte de la Iglesia. La mencionada institución religiosa, tras estudiar el caso, podía o no conceder la aludida autorización de la boda.
Entre el Coronel y María Lelia existía un lazo espiritual muy grande: eran padrino y ahijada respectivamente; de ahí la necesidad de solicitar, por parte de los futuros contrayentes, la mencionada autorización eclesiástica.
Ese año (1888) se casa con su primo, Julio Netto, la hija mayor del primer matrimonio de Escayola de nombre Clara igual que su madre.

FROILÁN AGUILAR

Cuando Carlos Gardel se encontraba conversando entre gente de su confianza, y muy especialmente entre sus compatriotas, solía comentar, con relativa frecuencia y cuando salía el tema debido a la curiosidad de alguno, ser descendiente de un militar.
Todo hace suponer que el cantor algo debió hablar al respecto con su guitarrista José María Aguilar (también uruguayo) porque el hermano de éste, Froilán Aguilar (1896-1974), también guitarrista y uruguayo, cuando en 1962 recibió en su casa la visita de los investigadores Horacio Loriente y Erasmo Silva Cabrera, con mucho cuidado y una gran cautela, no sólo comentó que el gran cantor había nacido en el Departamento de Tacuarembó sino también que su padre había sido un militar.
Pero, Froilán Aguilar estaba convencido de buena fe que la madre del cantor era Berta Gardes. Es importante aclarar esto, porque muchos allegados al cantor, aún sabiendo que era hijo de un militar, solían creer con frecuencia que también lo era de doña Berta pues, el cantor, nunca confesó claramente y en la intimidad sobre quien era su madre. Solamente hizo vagas referencias, en especial durante su infancia y adolescencia, negando que Berta Gardes fuera su madre.
Con respecto al estudioso e investigador Horacio Loriente (que conoció y trató a Erasmo Silva Cabrera) quiero, a manera de homenaje, comentar que en mi juventud yo era un ávido lector de las columnas que publicaba en una revista de Buenos Aires dedicada al tango, si no recuerdo mal, en la revista “Cantando”. Y cuando tuve una audición radial, a raíz de un amigo en común, comencé a tener intercambio de datos y opiniones por carta e inclusive (ya anciano) fui a visitarlo a su casa en Montevideo y muchas de las cosas que aquí cuento las he aprendido con él.
 (CONTINUARÁ)


Foto de Armando Lofiego.
Horacio Loriente y Armando Lofiego

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