miércoles, 2 de diciembre de 2015

EL MORO

XLIV- CARLOS GARDEL, SU ARTE, SU TIEMPO Y LA HISTORIA

EL MORO

Juan María Gutiérrez (1809-1878) fue un político, escritor y poeta nacido en Buenos Aires que se radicó en Montevideo durante el gobierno de Rosas. Viajó por Europa y América. Fue rector de la Universidad de Buenos Aires, donde creó la cátedra “Historia de la Literatura”. Integró el Congreso Constituyente de 1853, fue Ministro de la Confederación Argentina, y uno de los hombres de letras más completos de su época. Dentro de su vastísima producción figuran temas sobre educación e historia, ensayos críticos y composiciones poéticas como “Origen y desarrollo de la enseñanza pública y superior”; “Bosquejo biográfico del general San Martín”; “Florencio Balcarce”; “Origen del arte de imprimir en la América Latina”; “Apuntes biográficos”; “El lector americano”; “América poética” (primera antología americana), etc...
En 1869, Juan María Gutiérrez recopila muchos de sus versos y los publica en un volumen titulado “Poesías”. En dicho libro aparece un poema titulado “Endecha del gaucho” que Gardel llevó al disco, con algunos arreglos literarios realizados por él, bajo el título “El moro”. La magnitud de estos retoques se pueden apreciar comparando una de las estrofas de la “endecha” de Juan M. Gutiérrez con lo que el gran cantor expresa en la grabación de esta obra:

Mi caballo era mi vida,
Mi bien, mi único tesoro,
A quien me vuelva mi moro,
Yo le daré mi querida
Que es mucho mejor que el oro.

Juan María Gutiérrez

Indio volveme mi moro
Que me has robado la vida;
Mi bien, mi único tesoro;
Yo te daré mí querida,
Que es mucho mejor que el oro.


Cambio introducido por Gardel

Otros poemas de Juan María Gutiérrez fueron “La flor del aire”, “La bandera argentina” y “A Mayo”. La música de la canción “El moro”, es de autor anónimo y corresponde a una de las tantas melodías populares que se oían por Buenos Aires durante las últimas décadas del siglo XIX y, si prestamos la adecuada atención, podemos comprobar con relativa facilidad que se trata, con muy ligeras variantes, de la misma melodía que el payador José Betinotti también utilizó para su obra “Pobre mi madre querida”.
La letra de “El moro”, como es de suponer, está relacionada con los fatídicos hechos sociales que la Historia Oficial Argentina trata de ocultar celosamente cómo si estos no hubiesen ocurrido, pero surgen espontáneamente toda vez que buscamos entender el significado o sentido de las canciones del repertorio del gran cantor, razón por la cual el gran Homero Manzi definió a Gardel como a un “inesperado relator de la historia de los pueblos del Plata”.
Se llama MORO al caballo cuyo pelaje consiste en una combinación de pelos negros y blancos con un marcado predominio de los primeros. Esto hace que el aspecto del animal tome una tonalidad apizarrada (una especie de gris algo oscuro).
En la grabación que Carlos Gardel hizo de “El moro”, advertimos en la primer estrofa la gran importancia que el caballo tenía para el gaucho; importancia que se hallaba directamente ligada, a las grandes posibilidades que brindaba el animal para vivir libremente. Esto, como es de imaginar, era debido a las grandes persecuciones que padecía el gaucho a causa de la aplicación del plan político de exterminio, que fue seguido por casi todos los gobiernos de turno en Argentina, pretendiendo acorralarlo, en lo posible eliminarlo o, en caso contrario, marginarlo. Plan que cobró un gran impulso a partir de 1862 cuando asumió la primera magistratura el general Bartolmé Mitre (1821-1906).

Libre era cuando quería,
Ni guapetón me alcanzaba
Ni alcalde me perseguía
Cuando a mi moro tenía.


Según el poeta y ensayista argentino Leopoldo Lugones (1874-1938) el vocablo “GUAPETÓN” es un argentinismo con el que se designaba a un hombre fuerte y baquiano que muchas veces era contratado por la policía para apresar bandidos peligrosos.
El gaucho por sobrevivir a los planes oficiales de exterminio, corría a campo traviesa adiestrando su caballo para saltar zanjas y atravesar arroyos facilitando de esta manera su escape ante cualquier emergencia.
En el modo de vida europea impuesto a la fuerza por el inhumano régimen liberal de este sangriento período, el gaucho no tenía trabajo y vivía de lo que podía cazar con su lazo y boleadoras:

Zanjas y arroyos saltaba,
Cuando en mi mano derecha
La bola certera alzaba.


Pero si el gaucho cazaba un animal que tenía dueño, agravaba aún más su situación de marginado social.
El personaje de esta canción, habla de su libertad en el pasado debido a que en el presente encuentra serias dificultades para vivir libre a causa de un indio que, tal vez por la misma circunstancia que padecía el gaucho, le robó su caballo y, con él, la autonomía garantizada por las patas del pingo. No se debe olvidar que las campañas de exterminio contra el gaucho se llevaron a cabo casi al mismo tiempo que las campañas de exterminio del indio. La famosa “Conquista del desierto” de la República Argentina no fue otra cosa que un gigantesco genocidio con la finalidad de robarles las tierras. Para el indio aquello fue una guerra por su territorio.
Para el gaucho fue un “sálvese quien pueda”; o se dejaba explotar o era masacrado.
La libertad era la esencia y la razón de la vida del gaucho. La vida no tenía sentido alguno sin libertad; y por ella murió:

Indio volveme mi moro
Que me has llevado la vida

Al no concebir la vida sin libertad, el gaucho (imaginariamente) le propone al indio ladrón, canjear su caballo por su querida. Es muy importante, para comprender el verdadero significado de esta propuesta, destacar que el gaucho no dice “yo te daré mi china” o “yo te daré mi prenda” sino mi querida, esto es, la mujer con la que se halla relacionado aunque sin haber asumido compromiso de ningún tipo. Asimismo aclara que su querida es mucho mejor que el oro. Esto, que podría parecer materialismo o egoísmo, no indica que el gaucho hace un cotejo de valores entre la mujer y el oro como metal precioso, sino que trata de ofrecerle la mujer porque al indio le atraían las mujeres del tipo europeo, en especial las rubias, y su querida es mucho mas rubia que el oro.

Yo te daré mi querida
Que es mucho mejor que el oro,
Indio volveme mi moro.


Si no se entienden estas cosas, muchas veces no se le pueden encontrar sentido a las letras de las canciones de ésta época, especialmente por parte de las generaciones jóvenes (y lamentablemente tambien por parte de las otras) que ven estas historias cómo si se tratara de cuentitos inventados.
(CONTINUARÁ)
El moro (canción) Carlos Gardel. Año:1917 Matriz Nº: 36 Reconstrucción técnica: David F. Martín

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